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Bruselas reduce del 3,2% al 2,9% su previsión de crecimiento económico para la zona euro

Las recomendaciones propuestas por el comisario europeo de Asuntos Monetarios, Pedro Solbes, eran ya inusualmente severas en comparación con la práctica tradicional de Bruselas, aunque en línea con la mano dura que se ha aplicado también a otros países.

Pero el Ecofin ha añadido aún más leña al fuego. Los ministros acordaron incluir una referencia al litigio que enfrenta a Gobierno y funcionarios por la congelación salarial de 1997. 'Las autoridades españolas deberían estudiar medidas que compensen el impacto presupuestario de la reciente sentencia sobre los salarios de los funcionarios si el recurso del Gobierno no prospera', recomiendan los ministros al Gobierno de José María Aznar.

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El comisario Solbes no había considerado necesario introducir ninguna advertencia a España por este litigio salarial y se conformaba con 'tomar nota' de la existencia de ese problema, que, a su juicio, era tan sólo 'un riesgo potencial'.

No es el único aspecto en el que el Ecofin ha endurecido las recomendaciones de la Comisión Europea. Los ministros han sido más explícitos que el comisario al abordar los problemas de la política fiscal. Mientras el comisario sugería que 'la política fiscal debería estar preparada para contrarrestar con un mayor rigor eventuales presiones adicionales de recalentamiento', el Ecofin va al grano al pedir que 'si persisten las presiones inflacionistas las autoridades españolas apliquen una política fiscal más rigurosa'.

Fuentes del Consejo de Ministros ven en la firmeza del Ecofin -que ha endurecido también las recomendaciones elevadas a Portugal- una advertencia a los países de la cohesión por la 'alegría' con que han acordado rebajas fiscales sin asegurarse de que lo que se deja de ingresar se compense con recortes adicionales del gasto público.

Pese a esas críticas en privado, el texto aprobado por los ministros admite que España 'mantiene una correcta estrategia presupuestaria'.

El Ecofin mantiene en su texto el resto de críticas formuladas por la Comisión. Por ejemplo, recomienda 'a las autoridades españolas que adopten nuevas medidas para asegurar la viabilidad del régimen de pensiones, y desearía una mayor atención a su viabilidad a largo plazo en futuras actualizaciones'. Y subraya que 'el comportamiento reciente de los precios ha sido peor de lo esperado, como resultado de un aumento de la inflación subyacente derivada de la fuerte demanda interna y de factores externos'.

Los ministros analizaron también las consecuencias del parón de la actividad en Estados Unidos y la crisis financiera y política en Japón, que cada vez preocupa más. Con todo, los países de la moneda única confían en que su economía crezca en torno al 3%, según el ministro belga Didier Reynders, presidente de turno de la zona euro.

Esa cifra coincide con las que barajan los servicios de la Comisión Europea, que preparan las próximas previsiones de crecimiento, que se harán públicas el 25 de abril. Los servicios estiman que el crecimiento de la zona euro se quedará en el 2,9%, frente al 3,2% pronosticado en octubre pasado. Las previsiones son mucho más negativas para Estados Unidos, que caería del 3,3% esperado al 1,8%. Japón se quedaría en 0,8% en vez 1,8%. En España, la previsión se recorta de 3,5% a 3,2% este año, pero se mantiene en el 3,3% para el 2002. La inflación prevista en la zona euro se sitúa en el 2,2%, y para España, en el 2,9%.

Pedro Solbes (izquierda) y Didier Reynders, ayer en Bruselas.
Pedro Solbes (izquierda) y Didier Reynders, ayer en Bruselas.ASSOCIATED PRESS

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