Puja millonaria por un novel afroamericano
La editorial Knopf adelanta 700 millones de pesetas por la primera obra de ficción de Stephen L. Carter
Las editoriales de Estados Unidos han enloquecido por una novela. Y, tras una subasta febril, Knopf Publishing Group ha acabado quedándosela por una cifra espectacular: cuatro millones de dólares, unos 700 millones de pesetas, el mayor anticipo pagado nunca por una obra de ficción a un escritor novel. El autor es un profesor de Derecho en la Universidad de Yale llamado Stephen L. Carter, totalmente desconocido en los círculos literarios porque hasta ahora sólo había publicado textos jurídicos. La novela, llamada El emperador de Ocean Park, tiene 900 páginas y aún le faltan retoques, pero en Knopf aseguran que 'asombrará a los lectores'.
Carter, de 46 años, ha dedicado cuatro a redactar El emperador de Ocean Park, la historia de un profesor de Derecho de raza negra (como el autor) que investiga la muerte de su padre, un juez federal conservador. 'Es una mezcla apasionante de suspense jurídico y alta literatura, y un retrato excelente del mundo contemporáneo', dice Sonny Mehta, presidente de Knopf. 'Carter', añade, 'es un narrador nato que, por razones que ignoro, nunca había escrito ficción'.
La moda del escritor negro
En el mundillo editorial se cree que Knopf ha apostado fuerte porque cuenta con sumarse a un fenómeno creciente en Estados Unidos: el de las novelas construidas en torno a personajes negros de clase media o alta. Autoras como Terry McMillan o Alice Walker venden millones de ejemplares (McMillan cobró hace unos años 2,6 millones de dólares por la edición en rústica de Esperando un respiro) dentro de ese esquema. Comedias televisivas como El príncipe de Bel-Air o El show de Bill Cosby forman parte de la misma tendencia.
Paul Bogaards, vicepresidente de Knopf, cree que ese es un punto de vista incorrecto. 'Sería absurdo,' dice, 'englobar a una serie de autores por el color de su piel, o el color de la piel de sus personajes. Carter está más cerca de Tom Wolfe que de Terry McMillan'. 'No es una novela de negros o para negros, sino una novela americana', afirma por su parte Sonny Mehta, aunque reconoce que Carter 'ofrece una visión muy interesante sobre la vida de la clase profesional afroamericana'.
El emperador de Ocean Park irrumpió en las editoriales neoyorquinas a mediados del pasado mes de febrero. La agente de Carter, Lynn Nesbit, envió el original a 10 editores, los más importantes de la ciudad y del país. Y todos pujaron inmediatamente. Algunos, después de leer sólo un par de capítulos. Siete días después, la subasta había escalado hasta los cuatro millones de dólares, un precio que tres editoriales estaban dispuestas a pagar. Una de ellas se retiró y, dado que las dos restantes, Knopf y Ramdon House, pertenecían a un mismo grupo, Bertelsmann, dejaron que el autor eligiera. Carter optó por Knopf porque, según explicó en un breve comunicado, en 1998 había enviado un fragmento de la obra a Sonny Mehta para 'saber si valía la pena seguir escribiendo' y el editor le animó 'con un mensaje cariñoso que me ayudó a creer en mí mismo'.
Carter no quiere hablar con la prensa. Dentro del acuerdo con Knopf, ha establecido que sólo concederá entrevistas cuando empiece a promocionarse la novela, cuya publicación está prevista para mayo del año próximo. Mientras tanto, seguirá impartiendo clases en Yale, donde trabaja desde 1982. Antes había ejercido brevemente como abogado en Washington y había trabajado como ayudante de un juez del Tribunal Supremo. Ha publicado siete obras de tema jurídico, entre ellas, La cultura de la incredulidad: cómo las leyes y la política trivializan la devoción religiosa, e Integridad.
'Hemos pagado una cantidad muy alta', reconoce Paul Bogaards, 'pero creemos que será un negocio rentable'. De momento, ya han vendido los derechos cinematográficos al grupo AOL Time Warner, por una cantidad no revelada pero 'superior al millón de dólares'.
Por el anticipo de cuatro millones, la editorial Knopf ha adquirido también los derechos de una segunda novela de Stephen L. Carter. 'Un editor busca buenas historias bien contadas, y eso, que parece fácil, es muy difícil. En Carter', asegura Paul Bogaards, 'hemos encontrado una joya, un narrador que pronto será muy, muy grande'.
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