La periodista mexicana Elena Poniatowska gana el Premio Alfaguara de Novela

La escritora y periodista mexicana Elena Poniatowska, autora de más de 30 libros, presentó la novela ganadora con el título de Ted Tauri y bajo el seudónimo de Dumbo. 'Es una excelente novela de una excelente escritora, que no ha tenido la circulación tan rica que debiera', señaló ayer, en conferencia de prensa en la Casa de América, en Madrid, Antonio Muñoz Molina. 'Es una hermosa novela que ha sido elegida limpiamente hasta el final'.

El escritor andaluz insistió en la transparencia de las deliberaciones. El nombre de Poniatowska fue el secreto mejor guardado y no se supo que había ganado el premio, dotado con 175.000 dólares (alrededor de 31 millones de pesetas) hasta las cinco de la tarde, después de una última reunión del jurado. De hecho, la composición del mismo fue conocida muy poco antes de que se iniciara la conferencia de prensa. Estuvo integrado, además de por Antonio Muñoz Molina y por Rosa Regás, que actuó como secretaria, por los escritores Omar Prego (Uruguay), Gonzalo Celorio (México) y Germán Castro Caycedo (Colombia), que no pudo asistir por una indisposición; por la actriz española Adriana Ozores y por Juan Cruz, director de coordinación editorial y de comunicación del Grupo Santillana.

Gonzalo Celorio, que manifestó su satisfacción por el hecho de que el premio hubiera sido para una escritora mexicana, trazó un perfil de la escritora nacida en París, de origen polaco y nacionalizada mexicana, considerada como la sonrisa de México y una de las autoras del país más comprometidas con su entorno, pues ha denunciado con su escritura las injusticias del México contemporáneo.

Abrieron el acto la directora de Casa de América, Asunción Ansorena, que habló del conocimiento mutuo de todos los que hablan español, de uno y otro lado, y el presidente del Grupo PRISA, Jesús de Polanco, que agradeció la labor del jurado y también dio las gracias 'a todos los que se presentaron al premio'.

Antonio Muñoz Molina centró su intervención en las relaciones entre España y Latinoamérica y entre los propios países iberoamericanos. 'Este jurado, de uno y otro lado', afirmó, 'de lealtades editoriales muy distintas y de diferentes credos literarios, tenía algo ya de la comunidad soñada a la que nos gustaría pertenecer'.

'España es una provincia de un idioma mucho más grande que nosotros', añadió Muñoz Molina, y destacó la paradoja de la 'falta de comunicación entre España y Latinoamérica', que no es únicamente la que marca el Atlántico, sino especialmente la que existe entre 'comunidades literarias'. 'Un buen libro publicado en Colombia no se lee en México, y uno de este país no se lee en Argentina'.

Muñoz Molina señaló la aportación del Premio Alfaguara al trabajo 'cultural y empresarial para que esa comunidad de la lengua no sea retórica, haciendo que nuestros libros tengan una presencia común'.

La primera convocatoria del Premio Alfaguara de Novela, en 1998, fue ganada conjuntamente (se duplicó la dotación) por el nicaragüense Sergio Ramírez y por el cubano Eliseo Alberto (Margarita, está linda la mar y Caracol Beach, respectivamente); en 1999 fue para Manuel Vicent (Son de mar) y en la edición del año pasado lo obtuvo Clara Sánchez, con Últimas noticias del paraíso. Los galardonados reciben, además, una escultura de Martín Chirino.

El anuncio ayer del premio, que será entregado el próximo 25 de abril, llenó la sala de actos de la Casa de América.