Los pilotos de Iberia, en huelga de celo en plena campaña de salida a Bolsa
La salida a Bolsa de Iberia no va a estar desprovista de tensión. De hecho, empezó ayer con el reparto a los pilotos por parte de la sección sindical del SEPLA de una circular en la que el sindicato explica 'de manera concreta' sus peticiones para todo el colectivo. 'Revisad cada programación que os asignen y rechazad todo aquello que no se ajuste estrictamente a convenio por nimio que os parezca', 'los despachos de vuelos debemos realizarlos ajustándonos estrictamente a las normas que dictan los manuales de la compañía, así como circulares de los directivos, cargas de combustible, recepción del avión, chequeos, embarque, autorizaciones, ATC , rodajes, perfiles-planes de vuelo operacionales, entrega del avión, etc.'. En fin, una llamada al trabajo a reglamento, o huelga de celo, en reivindicación de una firma rápida del convenio colectivo. 'Cuando alguien actúa contra nuestros intereses, nuestras familias y nuestra profesión, lo único coherente es impedírselo. Hagamos todos ya una defensa radical de nuestros derechos y no permitamos que nos despojen poco a poco de lo que durante tantos años nos ha constado estructurar en nuestro convenio', dice la circular.
Según el SEPLA, después de haber demostrado una 'buena voluntad sin límites' y haber obtenido 'sólo indiferencia y dilación', el 'recordar' a los pilotos que cumplan estrictamente las normas es la única manera, de momento, de conseguir que Iberia deje de incumplir los acuerdos adoptados en las última revisión y negocie el siguiente convenio. Entre sus peticiones, el SEPLA incluye la devolución del descuento salarial que se aplica desde 1995, y hasta 26 revisiones del convenio actual, muchas de ellas relativas a los periodos de descanso y a las jubilaciones.
Según Iberia, la plataforma presentada por el SEPLA está fuera de todo margen de negociación. Si bien en cuanto a salario el SEPLA pide la revisión salarial sobre el IPC real de 2000 más el IPC previsto para 2001 con cláusula de revisión, el resto de reivindicaciones -incluida la anulación del descuento salarial-, de aplicarse a toda la empresa supondría 24.000 millones de pesetas de incremento de masa salarial.
La compañía afirma que, incluso con la cláusula de descuento, ninguno de los más de 1.800 pilotos de la compañía ha cobrado menos porque la rebaja salarial se ha compensado con un pacto de productividad. Añade que las peticiones de los pilotos, cuyo sueldo bruto anual oscila entre los 12 y más de 30 millones- suponen un incremento de sus retribuciones del 18%. Igualmente, afirma que, sólo atendiendo a lo que piden en cuanto a prejubilación (a partir de los 55 años), Iberia tendría que provisionar más de 50.000 millones de pesetas.
Sin embargo, Jaime Lacasa, jefe del SEPLA-Iberia, afirma que el sindicato no ve 'ningún motivo para retrasar el convenio', que, a su juicio, 'no presenta ninguna dificultad técnica de negociación.' La huelga de celo que Lacasa niega -'es una recomendación a los pilotos para que cumplan exactamente las normas que marca la empresa', sostiene- empezó ayer y tendrá sus afectos, previsiblemente, a partir de hoy mismo en forma de retrasos. Durará, según el jefe del SEPLA-Iberia, 'todo el tiempo que sea necesario, hasta que se negocie con resultados concretos', y puede que no sea la única protesta de los pilotos. Aunque todavía no se ha debatido en profundidad, el SEPLA ya piensa en 'nuevas medidas de movilización dentro de la legalidad', es decir, en huelga, a partir del próximo mes de marzo. En plena campaña de salida a Bolsa de la compañía, que puede tambalearse si la conflictividad laboral arrecia.
Otros colectivos
Iberia tiene que negociar, además del convenio de pilotos, el del resto de los colectivos de la compañía, pero es con el SEPLA con quien las relaciones tienen más dificultades. Los sindicatos de tierra ya han presentado su plataforma, muy centrada en una mayor estabilidad en el emplo, y se prevén menos problemas que con los pilotos. Unos y otros, en todo caso, quieren tener sus convenios listos antes de que se lleve a cabo la OPV e Iberia pase a ser totalmente privada, aunque Comisiones Obreras ya ha dicho que no le importaría dejar el incremento salarial para después. 'Así', dice su portavoz, 'Iberia no tendría que estar sujeta en la retribución salarial a las directrices que dicta el Gobierno'.
