Sanidad empleará en las consultas de pediatría un programa para prevenir accidentes infantiles

En la actualidad, 78 eq uipos de pediatría desarrollan de manera experimental este proyecto, denominado Zainbide. Se puso en marcha en 1998 y culminará a finales de este año. Los equipos se apuntaron de manera voluntaria cuando el departamento se lo propuso y se distribuyen por las tres capitales y por algunas comarcas.

La idea surgió después de conocer los resultados de una encuesta realizada entre 1.200 padres divididos en dos grupos y cuya conclusión fue que no por mucho hablar sobre prevención, los progenitores cambian la forma de proceder con sus hijos. De esta forma, se elaboró un programa que no se centrara exclusivamente en la información de los riesgos que los niños pueden sufrir con relación a su edad, sino que profundizara en la actitud de los padres y les hiciera vez la importancia de cambiar de hábitos de seguridad en los casos en los que no fueran muy estrictos.

Los pediatras realizarán un diagnóstico sobre las situaciones de riesgo en las que viven los niños, y sobre la percepción real que tienen los padres de los peligros que acechan a sus pequeños

Una parte del Zainbide es la recogida de las lesiones dentro de consulta. El último registro correspondiente a 1999 (los datos de 2000 aún no están cerrados) refleja que se produjeron 1.967 accidentes en menores de cinco años, lo que supone una tasa de 101,5 por cada mil. El 54% de los accidentes ocurre en el hogar; el 19% en la calle, y el 11% en el colegio-guardería. Por otra parte, el 82% son caídas y golpes, el 8% quemaduras, el 2% accidentes de tráfico y otro 2% se debe a la ingesta de medicamentos.

Un total de 49 niños precisaron hospitalización, de los que dos fueron ingresados en la unidad de cuidados intensivos. No se registró ningún fallecimiento y los niños presentaron mayor riesgo de sufrir algún percance que las niñas. El registro permite al Departamento de Sanidad establecer un perfil de cómo son los accidentes, dónde ocurren con mayor frecuencia y qué los provoca.

Los peligros del hogar

Uno de los responsables del programa, Jon Zuazagoitia, de la Dirección de Salud Pública de Álava, explica que el análisis de la accidentalidad infantil muestra que en los menores de un año, las enfermedades congénitas son la primera causa de muerte, seguida de las lesiones en accidentes. A partir del año de vida, las enfermedades hereditarias se igualan con los accidentes en general y entre los tres y los 14 años, los percances pasan a ser el primer motivo de muerte.

El hogar es el lugar más frecuente de los siniestros entre los menores de cinco años. A partir de esa edad, se produce una redistribución y aparecen la calle y el centro escolar como lugares proclives a la accidentalidad. 'Los padres son los que tienen la mayor responsabilidad del cuidado en las primeras etapas', dice Zuazagoitia. De ahí que la base fundamental del proyecto Zainbide sea la intervención de los equipos de pediatría con los padres de menores de cinco años cuando acuden a las visitas de control del niño sano. Esas visitas se producen ocho veces durante el primer año, dos en el segundo, una a los tres y otra a los cuatro años. El programa se circunscribe a los cuatro años de edad porque después se dispara otro tipo de accidentes donde los padres tienen una intervención más lejana, como es en los centros escolares.

Una vez en la consulta, los especialistas tratan de determinar la percepción que tienen los padres de los peligros que acechan a los niños y analizan las circunstancias en las que viven los pequeños. Según las estimaciones de los pediatras, al menos un 60% de los padres no realizan conductas seguras. 'Por mucho que el pediatra informe y presione, el padre no cambia de conducta. El consejo no basta. En lo cotidiano de cada día hay muchas circunstancias que llevan a un padre a relajar la conducta de seguridad con sus hijos', asegura Zuazagoitia. Por eso, los pediatras realizan un diagnóstico de situación y en función de la etapa en la que se encuentren los padres adaptan su consejo. Es decir, lo personalizan porque no todos los padres ven el mismo peligro o se encuentran en la misma situación.

'Lo primero', incide el responsable del proyecto Zainbide, 'es descubrir la situación de riesgo. Por ejemplo, de nada sirve decirle a los progenitores cómo tienen que ser las sillas de seguridad para los pequeños cuando viajan en coche si antes no conocemos que se trata de una familia con cuatro hijos que no dispone de un vehículo con los sistemas de seguridad necesarios por falta de medios'. En función del riesgo, se realiza el primer diagnóstico.

Programa para la escuela

El segundo se hace tras conocer la visión que tienen los padres de las conductas de seguridad que mantiene hacia sus hijos. 'Algunos dicen que nunca han tenido accidentes, que conducen muy bien y, por lo tanto, permiten que sus hijos vayan sin cinto. Atendiendo a ese razonamiento, los pediatras realizan su intervención'.

El hecho de que la escuela-guardería se convierta en el lugar donde se produce el mayor número de accidentes a partir de los cinco años ha llevado a los departamentos de Sanidad y de Educación a elaborar un programa específico para los centros educativos. De momento, se confeccionará un registro del tipo de lesiones que se producen en una muestra significativa de centros educativos.