El Ejército chileno se muestra 'profundamente preocupado' por el procesamiento del ex dictador
Rodeado de un inusual número de guardias, Izurieta señaló que le consta el mal estado de salud de Pinochet y exigió respeto para el ex presidente. 'Tratándose de una persona de su edad [85 años] y de un ex presidente de la República, merece todo el respeto que esta situación amerita', manifestó. Al dar a conocer la postura oficial de la institución castrense, Izurieta consideró 'inaceptables las manifestaciones ofensivas que determinadas personas están haciendo en la persona del general Pinochet en sus declaraciones a la prensa'. Con una mueca de dolor en el rostro, el comandante en jefe eludió responder a la pregunta de si con sus palabras se estaba refiriendo al general en retiro Joaquín Lagos, quien la semana pasada culpó directamente a Pinochet de la responsabilidad de los crímenes atribuidos a la llamada caravana de la muerte.
Ahora, la situación judicial del ex dictador Augusto Pinochet no puede ser peor, y quizás por ello no se registró durante la mañana y las primeras horas de la tarde ayer en Chile ninguna reacción del equipo jurídico que lo defiende ante el procesamiento dictado por el juez Juan Guzmán. Pinochet recibió la noticia en su parcela de Los Boldos, en la costa central, y luego recibió la visita de familiares cercanos y de algunos amigos, como el alcalde de Providencia, el ex coronel Cristián Labbé, quien calificó el proceso de 'juicio político' y que, como tal, la salida debe buscarse en ese mismo ámbito.
Una reacción similar tuvo el director de la Fundación Pinochet, el ex general Luis Cortés Villa, quien dijo que no se trataba de una sorpresa. 'La única y clara intención es declarar reo a mi general [Pinochet], y es un castigo a las Fuerzas Armadas y a toda la familia militar', advirtió. Otro ex general cercano a Pinochet, Rafael Villarroel, aseguró escuetamente: 'Ahora podrán estar felices todos los comunistas'. Horas después, el abogado Pablo Rodríguez adelantó que se presentarán todos los recursos que correspondan.
El hecho es que para la noche de ayer se esparaba que la secretaria de la Corte de Apelaciones llegara hasta Los Boldos para notificar oficialmente a Pinochet la decisión de Guzmán e informarle al mismo tiempo de que debe volver a Santiago, porque su arresto domiciliario debe cumplirlo en su casa del barrio de La Dehesa.
Una vez notificado el auto de procesamiento, la defensa puede pedir su revocación ante la Primera Sala de la Corte de Apelaciones, integrada por Cornelio Villarroel, Sonia Araneda y Gabriela Pérez, pero ya se sabe que las dos jueces votaron a favor del desafuero del senador hace sólo unos meses.
La otra posibilidad de la defensa es un recurso de amparo que debe ver la Corte Suprema, en este caso -en pleno verano austral- es una sala de vacaciones con cinco integrantes, donde sólo uno votó en contra del desafuero en agosto. Pinochet también puede presentar un recurso extraordinario ante la Corte de Apelaciones, aunque es la reacción judicial menos esperada.
Para una potencial condena, fuentes cercanas al proceso aseguran que faltan al menos unos seis meses, porque están pendientes algunas diligencias. Para esa fecha estaría concluido el sumario, para pasar al plenario, donde el juez debe formular los cargos y acusaciones, y además proponer las penas. En lo inmediato, Pinochet tendrá necesariamente que pasar por la humillación de que un agente judicial cumpla con el llamado 'extracto de filiación', donde se le toman las huellas dactilares y se le sacan fotografías de frente y de perfil. Eso debiera ocurrir durante esta semana, aunque es posible que Guzmán espere a que la defensa presente sus recursos.
Entretanto, el vicepresidente de la República, José Miguel Insulza, evitó referirse a esta trascendental decisión judicial, argumentando que el Gobierno no tiene mucho que decir a una resolución tomada por un poder independiente.
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