La FAO alerta del riesgo de que las 'vacas locas' se extiendan a otros continentes

'En la Unión Europea se está manifestando una situación de creciente gravedad', afirma la FAO en un documento publicado ayer en Roma, 'a raíz del descubrimiento de casos de EEB en bovinos de bastantes estados miembros considerados hasta ahora inmunes a este mal; casos confirmados de la variante humana de la EEB, la enfermedad de Creutzfeld-Jacob se han manifestado en personas fuera del Reino Unido'.

Países como Alemania e Italia, que hasta hace poco se consideraban libres del riesgo de vacas locas, han comenzado a detectar casos de la enfermedad en sus respectivas cabañas. En Francia, la alarma ha superado ese nivel con la aparición de tres casos de la variante humana que se añaden a las noventa víctimas registradas en el Reino Unido a partir de 1996 cuando se estableció la primera conexión entre la EEB y la nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.

De ahí que la FAO, que hasta ahora no se había pronunciado sobre la emergencia causada por el mal de las vacas locas se haya decidido a lanzar esta seria advertencia a todos los países 'que han importado ganado bovino o harina confeccionada con la carne y los huesos de animales de la Europa Occidental, sobre todo del Reino Unido, durante o después de los años ochenta'. En este caso se encuentran muchos países de la Europa Oriental, pero también India y zonas de África.

La FAO, que expresa su apoyo a las acciones emprendidas hasta ahora por la Unión Europea, considera que 'existe la urgente necesidad de perfeccionar los sistemas de evaluación del riesgo y de extenderlos a otros países o continentes'. A juicio de la organización estos terceros países deberían poner en pie un sistema de vigilancia eficaz para controlar la presencia de EEB en las cabañas ganaderas extendiendo estos controles a los alimentos y a la carne, lo que significa realizar pruebas de laboratorio sobre las muestras obtenidas de los bovinos sacrificados, además de proceder a la correcta destrucción de las cabezas que sea necesario suprimir. Las medidas de control deberían afectar también a toda la cadena de elaboración de productos cárnicos y al tratamiento de los subproductos que salen del matadero. Una de las medidas inmediatas que propone la FAO es la prohibición del uso de harinas animales para la alimentación de los rumiantes, e incluso del resto de los animales.

Al mismo tiempo, la organización se compromete a apoyar a los países, sobre todo a los que están en vías de desarrollo, en la elección de la estrategia más adecuada para defenderse del mal de las vacas locas, a través de un programa de colaboración conjunto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y con la Organización Internacional de Epizootia (OIE). La FAO y la OMS están completando un código práctico sobre las medidas correctas de alimentación de los animales.

Pese a la importancia de los métodos preventivos, la FAO es consciente de que la palabra clave para derrotar al EEB es una: investigación. A este respecto, la organización señala: 'Es necesario que se desarrolle una investigación más a fondo sobre la naturaleza y las formas de transmisión el agente infeccioso. Ya que hasta el momento, no existen ni un método de diagnosis precoz ni una cura de la enfermedad, ni para los animales, ni para los humanos'.