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SEGURIDAD ALIMENTARIA

El sector ganadero calcula que las pérdidas desde que empezó la crisis alcanzan ya los 30.000 millones

Las medidas adoptadas hasta la fecha para prevenir y eliminar la enfermedad de las vacas locas supondrán para las diferentes administraciones públicas un coste anual superior a los 50.000 millones de pesetas, según los datos manejados por el Ministerio de Agricultura. De esta cifra, 21.600 millones corresponderían a ayudas comunitarias, 21.000 millones al Ministerio de Agricultura y poco más de 8.000 millones a las comunidades autónomas. Sin embargo, el problema de las vacas locas ya ha dejado una larga cadena de damnificados, desde los ganaderos a los industriales que operan en el sector de la carne.

Medios de la producción estiman las pérdidas sufridas hasta la fecha entre 25.000 y 30.000 millones de pesetas. La crisis y el cambio de proteína animal por vegetal significará a su vez incrementar los precios de los piensos un 10%, unos 60.000 millones de pesetas.

En la parte contraria, de la crisis de las vacas locas y la caída de los precios del vacuno se han beneficiado los productores de pollos y cerdos por el incremento de las cotizaciones, así como los productores de soja en terceros países. Al final, la factura de los piensos supondrá una subida de los precios de las carnes y un impacto negativo en el índice de precios al consumo (IPC).

Desde el pasado mes de noviembre, cuando se desencadenó la crisis, los precios de la carne de vacuno, según las estimaciones de Asovac, han caído entre el 20% y el 25%. Eso supone una rebaja en el valor de cada animal destinado al sacrificio de unas 40.000 pesetas. Cada año se sacrifican unos 2,6 millones de reses, lo que supone unas 200.000 cabezas por mes.En estos dos meses, debido a la reducción de ventas, se han sacrificado unas 350.000 cabezas, lo que equivaldría a un descenso en los ingresos de unos 14.000 millones de pesetas sólo por este concepto.

Para las organizaciones agrarias Asaja, Upa y Coag, a los menores ingresos por la venta de animales hay que sumar los incrementos de costes por el mayor precio de los piensos, que Coag evalúa anualmente en 15.000 millones.

Un segundo impacto de la crisis se halla ligado a la eliminación durante el primer semestre de este año de las harinas de carne para la fabricación de piensos. La sustitución de las proteínas de origen animal por vegetales ha provocado un fuerte aumento en la utilización de soja. La prohibición ha supuesto una subida de precios de casi diez pesetas por kilo, hasta las 47 pesetas, y la cotización sigue al alza en el mercado de futuros.

Hasta la fecha, el girasol de la campaña anterior ha sido el principal beneficiado por la crisis, al pasar los precios de 26 a 36 pesetas. La subida cogió sin girasol a los agricultores, con lo que los beneficios se quedan este año en manos de operadores o industriales

Para los fabricantes de piensos, el cambio de materias primas supondrá aumentar los costes en unos 60.000 millones de pesetas sobre la facturación actual, lo que significa unas cuatro pesetas más por kilo como media.

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