En Cataluña sólo se han analizado cuatro vacas, pero Sanidad afirma que comer carne es seguro

El Gremio de Carniceros de Cataluña considera que la caída del consumo de carne de ternera se debe a la 'desinformación' de los consumidores. El presidente del gremio, Antoni Fabregat, considera que la actitud de los titulares de Agricultura y Sanidad del Gobierno central, Miguel Arias Cañete y Celia Villalobos, sólo ha conseguido 'confundir más a los consumidores, quienes optan por comprar otro tipo de carne'. Según datos recopilados por el mismo gremio, las ventas de pollo, cordero y cerdo han subido entre un 10% y un 20% desde el inicio de la crisis.

Según los responsables del gremio, las marcas de ternera con denominación de origen, como Vedella de Girona y Vedella del Pirineu, tampoco se han librado de la caída en las ventas, aunque han notado menos la crisis que las que se venden con la simple etiqueta de certificación de calidad. Además Antoni Fabregat explica que 'la producción de estas marcas no alcanza, ni mucho menos, para frenar la caída de las ventas globales'.

A pesar de la caída de las ventas, el precio de la ternera apenas ha variado. Los carniceros justifican este mantenimiento de los precios asegurando que 'los mataderos continúan cobrando lo mismo'. El presidente del gremio añade que la caída de las ventas 'no es una cuestión de precio, sino del pánico a comprar carne'.El presidente del Gremio de Carniceros descarta aplicar una reducción de precios para incentivar las ventas, pero sí considera que hacen falta más campañas de concienciación para que los consumidores sepan cuáles son los riesgos de comer carne de vacuno. 'Casi toda la ternera que se consume en Cataluña tiene menos de 12 meses, lo que ya es una garantía de calidad'. La encefalopatía bovina espongiforme, conocida como el mal de las vacas locas, sólo puede desarrollarse en reses de más de 24 meses.

Pero si los consumidores no han apreciado una rebaja en el precio de la ternera, sí la han notado, y mucho, los ganaderos. El responsable del sector vacuno de Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya, Pere Rovirola, explicó ayer: 'La misma canal que antes se nos pagaba a 490 pesetas el kilo, ahora vale 340. Esta situación se está haciendo insostenible'.

En medio de las quejas de carniceros y ganaderos, la Generalitat también tuvo que hacer frente ayer a las acusaciones lanzadas por el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, el pasado miércoles. El titular de Agricultura acusó al Gobierno catalán de no facilitar información a su ministerio sobre los análisis que está realizando al ganado para detectar posibles casos de vacas locas.

Comunicación periódica

Desde el pasado 1 de enero, día en que entró en vigor la obligatoriedad de realizar los test en determinados supuestos, la Generalitat ha realizado cuatro pruebas prionics (análisis post mortem que detecta el mal de las vacas locas). Esta cifra choca con las 5.206 pruebas realizadas desde el 1 de enero en 11 comunidades, especialmente en Asturias, Galicia y Castilla y León. De los cuatro análisis realizados en vacas procedentes de explotaciones catalanas, dos se hicieron en reses nacidas en Francia y otros dos se practicaron ayer mismo en animales de más de 30 meses que tuvieron que ser sacrificados de urgencia. Los resultados de las dos primeras pruebas fueron negativos.

Pese a las pocas pruebas realizadas hasta la fecha, Salleras aseguró ayer que 'los consumidores catalanes pueden estar tranquilos, ya que toda la carne que sale de los mataderos es apta para el consumo'. El Departamento de Sanidad justificó la realización de tan sólo cuatro análisis por el hecho que 'no se han llevado al matadero animales dentro del grupo de riesgo de estar infectados'.

El real decreto 354/2000, aprobado el pasado mes de diciembre, obliga a que desde el 1 de enero se analicen todas las vacas de más de 20 meses procedentes de Francia, Suiza, Irlanda o Portugal, y también todas las reses mayores de 30 meses que precisen ser sacrificadas de urgencia. A partir del día 1 de julio los análisis serán obligatorios para todas las vacas de más de 30 meses, independientemente de su procedencia o forma de sacrificio.

Según los responsables de Sanidad, desde hace semanas los ganaderos han optado por no sacrificar reses adultas, puesto que esperan la próxima entrada en vigor de un plan de choque del Fondo Español de Garantía Agraria para comprar a los ganaderos todas las vacas de más de 30 meses. Con ello, el Estado pretende eliminar, sin necesidad de hacer pruebas, a toda la cabaña susceptible de estar afectada por la encefalopatía espongiforme bovina.

Pero de momento las únicas pruebas que se realizan en Cataluña son las que efectúa el laboratorio de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona. Desde 1996, en estos laboratorios se han realizado unos 300 análisis anuales para detectar posibles casos de vacas locas. Todos ellos han resultado negativos.

El Departamento de Sanidad prevé que en febrero acaben las obras del laboratorio de La Seu d'Urgell, que tendrá capacidad para analizar unas 500 vacas por semana. Posteriormente se abrirán dos nuevos laboratorios en Girona y Manresa. Con ello, los responsables de Sanidad y Agricultura pretenden poder alcanzar los 30.000 análisis anuales que exige la normativa europea en el caso de Cataluña. Sin embargo, esta cifra puede ser menor si continúa la baja actividad en los mataderos y los ganaderos optan por no sacrificar más vacas mayores de 30 meses.