La mitad de los cigarrillos los fuman personas con trastornos mentales

Las personas con un trastorno mental diagnosticable (un amplio espectro que incluye desde una depresión profunda, a cuadros más leves y transitorios, como trastornos de ansiedad) tienen el doble de probabilidades de fumar cigarrillos y, de hecho, fuman casi la mitad de todos los cigarrillos que se consumen. Esto es al menos lo que ocurre en EE UU, según un estudio publicado en la revista JAMA de la Asociación Médica Americana.

Trastornos considerados

Para llegar a esta conclusión, el equipo de Karen Lasser, de la Facultad de Medicina de Harvard (EE UU), ha analizado las tasas de consumo y abandono del tabaco en personas adultas, con y sin trastornos mentales. Concretamente, han estudiado los datos de 4.411 personas de 15 a 54 años procedentes de la Encuesta Nacional de Comorbilidad, un estudio encargado por el Congreso sobre la prevalencia de los trastornos psiquiátricos en EE UU y desarrollado entre septiembre de 1991 y febrero de 1992."Hemos descubierto que las personas con trastornos mentales tienen aproximadamente el doble de probabilidades de fumar que el resto de las personas, descubrimiento que guarda coherencia con los estudios anteriores", escriben los autores.

Los investigadores también han descubierto que las personas que experimentaron un desorden mental en el último mes consumieron aproximadamente un 44,3% de los cigarrillos fumados por esta muestra representativa de la población general.

"Si extrapolamos nuestros resultados a toda la población de EE UU, calculamos que las personas con un desorden mental diagnosticable en el último mes consumen casi la mitad de los cigarrillos que se fuman en el país", escriben los autores.

"Nuestros descubrimientos ponen de relieve la importancia de centrar nuestros esfuerzos en la prevención y abandono del consumo sobre las personas con trastornos mentales", añaden.

La definición de trastorno mental en el estudio abarca un amplio espectro de alteraciones. "Incluye depresión intensa, desorden bipolar, distimia, crisis de pánico, agorafobia, fobia social, fobia simple, desorden de ansiedad generalizado, dependencia del alcohol, dependencia de las drogas, personalidad antisocial, desórdenes de conducta y psicosis no afectiva. Esta última comprende esquizofrenia, trastorno esquizoide, desorden esquizoafectivo, desorden de alucinación y psicosis atípica", añaden los autores.La tasa de consumo de tabaco para los entrevistados que no tenían enfermedad mental era del 22,5%; del 34,8% para quienes experimentan una enfermedad mental de por vida (quienes la padecen en cualquier momento de sus vidas), y del 41,0% para quienes padecieron un trastorno mental en el último mes y, por tanto, puede ser transitorio.

La tasa de abandono del consumo de tabaco para los fumadores con historial de trastorno mental, según su propia información, ascendía al 37,1%, en comparación con el 42,5% para los fumadores que no padecían trastornos.

Los fumadores que no experimentaron un trastorno mental en el último mes tenían un consumo medio máximo de 22,6 cigarrillos al día, frente a un consumo de 26,2 cigarrillos entre quienes padecieron una alteración mental durante el último mes.