La Cumbre del Clima discute la ayuda a los países en desarrollo

Instrumento financiero

ENVIADA ESPECIALLa ayuda financiera de los países industrializados a los en desarrollo para que tomen medidas ante el cambio climático asciende a unos 500.000 millones de pesetas en cuatro años (1998-2002). Los 180 países reunidos en la Cumbre del Clima tienen que decidir ahora en cuánto se aumenta dicha cantidad y cómo se canaliza. Ésta es una de las cuestiones claves que exigirán duras negociaciones para alcanzar acuerdos el próximo viernes, en la clausura de la VI Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.

Durante la semana pasada, más de 6.000 asistentes han desbrozado las cuestiones técnicas, para entrar ahora en la fase de toma de decisiones. Varios ministros y jefes de delegación llegaron ayer a la Haya, y hoy hablarán a los participantes la reina Beatriz de Holanda, el primer ministro holandés, Wim Kok, y el presidente francés Jacques Chirac. El cambio climático es el más grave problema, según el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), tal y expresó la semana pasada Klaus Toepfer, su director.

La ayuda financiera a los países en desarrollo es uno de los temas candentes que están en la mesa de negociaciones. Por una parte hay que determinar la cantidad de la ayuda, que puede superar en un porcentaje mayor o menor la inflación desde 1998.El presidente de la conferencia, el holandés Jan Pronk se reunió ayer por la tarde con 35 ministros y jefes de delegación para informarles del desarrollo de las negociaciones y pulsar las posturas de cara a esta semana. "En cada tema hay avances pero algunas cuestiones son extremadamente difíciles", dijo Pronk al tiempo que manifestaba su satisfacción por el ambiente positivo y la voluntad de compromiso de los ministros. "El acuerdo que aquí se logre debe ser estricto en cuanto a cumplir los porcentajes de reducción de emisiones y medioambientalmente comprometido. Debe ser un acuerdo para todos, sin exclusiones, y con recursos para apoyar a los países en desarrollo", dijo Pronk.

Durante la semana pasada, en el denominado tramo técnico de la conferencia, las delegaciones han despejado cuestiones en debate y han estrechado las opciones para que los ministros ahora conduzcan las negociaciones finales y decidan. El objetivo de la cumbre es detallar los reglamentos de cumplimiento del Protocolo de Kioto sobre reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para que dicho tratado pueda ser ratificado y entre en vigor cuanto antes. Dejar el camino despejado para la ratificación es la clave de esta cumbre que, de fracasar, supondría un retraso del primer paso efectivo parapliar el calentamiento.

Otro punto fuerte son las medidas en caso de incumplimiento de los acuerdos (cuando un país no realice la reducción de emisiones que se le ha establecido). Mientras unos países quieren que las medidas sean vinculantes -aunque con mucho tacto se evita la palabra sanción, como hace la UE- otros predican meras denuncias en público.