Los Quince deberán disipar los recelos de EE UU y Turquía
La UE tendrá que disipar los recelos norteamericanos y de los miembros de la OTAN que no forman parte de la Unión (especialmente Turquía). Estados Unidos estima "correcto e inevitable" que Europa tenga una política de defensa autónoma, pero teme que se produzca una duplicidad de funciones con la Alianza. La capacitación y gestión de la futura brigada de despliegue rápido y los escenarios de crisis han sido discutidos con la OTAN. Su secretario general, el británico George Robertson, defiende el proyecto con entusiasmo, pues piensa que reforzará la seguridad atlántica. Atlánticos y europeos coinciden en que deben existir cooperación y transparencia recíprocas. Pero en la práctica, países como Turquía e Islandia han mostrado bastantes reservas a la hora de sostener la idea.Los Quince proponen que los países atlánticos no comunitarios (Turquía, Noruega, Islandia, Polonia, Chequia y Hungría) sean consultados en la planificación y gestión de misiones y dispongan de un oficial de enlace en Bruselas. Además, la UE acepta que exista un nexo permanente con la OTAN a través del vicecomandante en jefe de las fuerzas de la Alianza en Europa. La interrelación UE-OTAN debería quedar cerrada el próximo diciembre en la cumbre de Niza. De una y otra parte hay confianza en que así sea, si bien algunos países creen que Francia quiere llevar demasiado lejos los planes.
El proyecto de poner en marcha una fuerza de intervención rápida fue lanzado en la cumbre de Helsinki, en diciembre de 1999. Desde marzo, la UE se ha dotado de una estructura de defensa que funciona aún interinamente: el Comité Político y de Seguridad (COPS) y el Comité Militar.
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