Cuba provoca un nuevo conflicto con España al negarse a condenar el terrorismo de ETA

ENVIADOS ESPECIALESCuba fue ayer el único de los 21 países participantes en la X Cumbre Iberoamericana, que se ha inaugurado en Panamá, que se negó a aprobar una resolución de condena "de la escalada terrorista desatada por el grupo ETA", sin ofrecer otra fórmula de compromiso a cambio y alegando incluso que la violencia en España deriva tanto del Gobierno como de la banda terrorista. El ministro de Exteriores de España, Josep Piqué, "lamentó enormemente" la decisión y dijo que si ésta persistiera hoy, sería considerada como un gesto "muy poco amistoso".

Piqué fue rotundo, si Cuba insiste, esto impediría seguir manteniendo una "relación en términos normales". El ministro español se mostró, no obstante, confiado en que la delegación cubana apoye finalmente la resolución, y afirmó que, en caso contrario, "hay un alto grado de consenso para aprobar esa declaración con la mención expresa de que Cuba se disocia de ella".Miguel Ángel Cortés, secretario de Estado para Iberoamérica, recordó que, aunque la tradición de las cumbre iberoamericanas es que las resoluciones se aprueben por unanimidad, "no hay ninguna regla que lo exija".

Cortés, que llevó personalmente la negociación hasta ayer, cuando Piqué llegó a Panamá, explicó que tanto en la reunión de coordinadores, protagonizada por él, como en la de los ministros y en los distintos contactos bilaterales con los cubanos "se había intentado que éstos cambiaran de posición, y no sólo por parte de España". Muchas otras naciones intercedieron.

Pero sin resultado. La delegación cubana planteó el jueves un texto alternativo al de la resolución a debate, y ayer se limitó a reiterarlo. Las diferencias entre las dos propuestas son sustanciales, porque los cubanos exigen, por un lado, que se elimine toda referencia a ETA y, por otro, que la condena se extienda a todo tipo de terrorismo, incluido el que, según los representantes de La Habana, sufre Cuba, a veces "desde bases instaladas en algunos países que participan en esta cumbre de Panamá".

Situación confusa en España

Para complicar más las cosas con Madrid, en el momento de justificar su disociación de la resolución mayoritaria, la delegación cubana, encabezada por el viceministro de Exteriores, Pedro Núñez, alegó que la situación en España es muy "confusa" e "irracional" y afirmó que la violencia en España deriva tanto del Gobierno como de ETA.El asunto quedó en suspenso, pendiente de lo que hoy decidan los jefes de Estado y Gobierno. Piqué no quiso ayer opinar sobre si Cuba es víctima de algún tipo de actividad terrorista. "La posición de España respecto a la situación interna de Cuba es bien conocida, y es exactamente la misma que la del conjunto de la Unión Europea, posición que busca ayudar al pueblo cubano a mejorar sus condiciones de vida, y al mismo tiempo orientar al régimen cubano hacia la defensa de los derechos humanos, de las libertades democráticas y, en general, de la homogeneización de sus condiciones institucionales respecto al conjunto de países democráticos e iberoamericanos". En todo caso, añadió el ministro, "aquí no se está debatiendo una condena del terrorismo en términos generales, en la que pueda caber todo tipo de interpretaciones. Se está discutiendo la solidaridad de todos con España y los ciudadanos españoles, que están sufriendo el acoso del terrorismo de ETA".

La resolución sobre ETA a debate en Panamá fue presentada por Francisco Flores, presidente de El Salvador, que hace pocos días estuvo de visita en Madrid, con el apoyo inicial destacado de México, cuyo presidente, Ernesto Zedillo, almorzó ayer en la capital panameña con el Rey Don Juan Carlos. Pretende ser un anexo a la declaración final de la cumbre, y en ella los reunidos "expresan su más enérgica condena y su profunda preocupación por la escalada terrorista destada por el grupo ETA que ha cobrado numerosas víctimas". Además, los países iberoamericanos "reafirman su solidaridad con el pueblo y el Gobierno español por erradicar el flagelo del terrorismo en esa nación amiga". El ministro Piqué manifestó que espera que la resistencia de La Habana a que se apruebe este texto no tenga nada que ver con la presencia todavía numerosa de etarras y ex etarras en Cuba, "una situación delicada", dijo, "que lleva muchos años y que hay que ir tratando de la manera que hay que tratar estas cosas".

"Ningún Gobierno del mundo puede prestar atención a las presiones de grupos terroristas", añadió. Piqué también se mostró reacio a pensar que el asunto pudiera arreglarse hoy en una eventual entrevista de Fidel Castro con el Rey Don Juan Carlos, o con el presidente del Gobierno, José María Aznar, que no llegó a Panamá hasta la tarde de ayer. Poco después, el azar le situaba entre Castro y el presidente venezolano, Hugo Chávez, a la hora de la cena.

"El asunto debe ser tratado directamente con Cuba", dijo. "Si al final hay que tener una conversación al máximo nivel, pues es probable que se mantenga, pero espero que Cuba cambie de actitud sin ningún dramatismo".