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Los expertos alertan sobre el riesgo de convertir la información en mercancía

Periodistas e investigadores sociales examinan los nuevos medios

Xosé Hermida

Si la información se convierte en una mercancía más del mundo globalizado, se resentirán la veracidad y la calidad de los medios de comunicación y su contenido se trivializará. Esta preocupación es compartida por periodistas y científicos sociales de todo el mundo, según quedó patente ayer en la jornada inaugural de la conferencia sobre la sociedad de la información que se celebra en Santiago de Compostela.

Código deontológico

Organizada por la Agencia Europea para la Cultura, con el patrocinio de la Unesco y del Ayuntamiento de la ciudad gallega y la colaboración de EL PAÍS, la conferencia ha convocado a 64 expertos internacionales: desde pensadores como el filósofo francés Régis Debray a periodistas como el consejero delegado del Grupo PRISA, Juan Luis Cebrián; el director de EL PAÍS, Jesús Ceberio; el presidente de Onda Cero, Javier Gimeno, o representantes de algunos de los principales diarios de Europa y Latinoamérica.Las jornadas forman parte del ciclo de debates Europa-Mundi que se han celebrado en Santiago dentro del programa de la capitalidad europea de la cultura. La originalidad de estos coloquios reside, como señaló en el acto inaugural el alcalde de la ciudad gallega, Xosé Sánchez Bugallo, en su propósito de no quedarse en la mera discusión y elaborar propuestas "susceptibles de ser adoptadas por organismos e instituciones".

El coordinador de las jornadas, José Vidal-Beneyto, secretario de la Agencia Europea para la Cultura, subrayó la necesidad de reflexionar sobre las consecuencias para la libertad de expresión y el pluralismo informativo del nuevo diseño de los medios en un mercado global y un mundo interconectado electrónicamente. Vidal-Beneyto se apartó de las actitudes de "terror crispado ante los medios, muy frecuentes en círculos intelectuales", para resaltar que la comunicación es "infierno y paraíso al mismo tiempo".

Su discurso de apertura puso sobre la mesa varios temas de debate, entre ellos el del riesgo de convertir la información en una mercancía más no sometida a ninguna clase de regulaciones. "Y un mercado sin reglas es un mercado de mafias", sentenció Vidal-Beneyto, quien dejó abierta la interrogante sobre la posible necesidad de elaborar un código deontológico internacional.La televisión estadounidense es uno de los ejemplos de los daños que causa un desaforado mercantilismo, según explicó Robert McChesny, profesor en Chicago de la Universidad de Illinois, quien se refirió a la pérdida del sentido de "servicio público" de la información. Entre otros casos, citó el de la introducción de la publicidad política pagada en las televisiones de su país, que "ha destruido la cultura electoral". Eduardo García Matilla, presidente de Corporación Multimedia, vaticinó que, como ya está sucediendo en Estados Unidos, los canales de pago irán ganando terreno a los generalistas.

El discurso de Vidal-Beneyto también rescató un debate tan viejo como el periodismo: ¿es posible la objetividad? "No existe", sostuvo Miguel Ángel Bastenier, subdirector de relaciones internacionales de EL PAÍS. "El periodista es subjetivo desde el momento en que jerarquiza los datos de una información". Bastenier propuso sustituir ese concepto por el de fair play y defendió que los medios, aun manteniendo una línea editorial, preserven el pluralismo en su interior. Claudio Escribano, director del diario bonaerense La Nación, dijo no renunciar a la objetividad, aunque aceptó que pueda hablarse en su lugar de "rigor o decencia". "A la televisión ya no le interesa la objetividad", terció el escritor egipcio Mohamed Salamawy, sino "sólo convertir las noticias en espectáculos entretenidos".

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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