Montesinos preparó un golpe militar durante las elecciones peruanas
La división en la Fuerzas Armadas frustró el compló contra el presidente Fujimori
El ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos y una parte de la cúpula militar peruana prepararon un golpe de Estado para perpetuarse en el poder, destituir al presidente Alberto Fujimori y designar un Gobierno de emergencia que iba a presidir el actual ministro de Economía, Carlos Boloña, según ha podido confirmar EL PAÍS en distintas fuentes militares. El golpe estaba previsto tras la primera vuelta de las elecciones de la pasada primavera.
'Cara de bebé'
La proclama de los golpistas y la primera declaración a la ciudadanía del nuevo presidente estaban redactados y listos para su difusión entre la primera y segunda vuelta de las últimas elecciones. La oposición de la Marina y la Fuerza Aérea y la actitud ambigua de la Policía Nacional frustró la intentona, que finalmente sólo tenía el respaldo del Ejército, que en aquel momento dirigía el general José Villanueva, que presidía al mismo tiempo el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.Los instigadores del golpe, con Montesinos a la cabeza, justificarían su acción por la incapacidad de Fujimori de seguir gobernando ante el desorden que reinaba en Perú. Las cuatro instituciones de las Fuerzas Armadas se levantarían para destituir al presidente y constituir un Gobierno de emergencia que estaría encabezado por un civil de prestigio. Pero fallaron dos requisitos: la cúpula militar no estaba dispuesta a secundar en bloque la aventura y no se logró crear el clima de desorden en la calle que pudiera justificar el golpe.
Montesinos mantuvo sus intenciones golpistas los días siguientes a la difusión del famoso vídeo, el 14 de septiembre, en el que sobornaba a un congresista. Durante una semana, el ex jefe del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) sondeó a sus amigos en los cuarteles, pero sus pretensiones no encontraron eco. El 23 de septiembre huyó a Panamá. Desde allí mantuvo contacto diario con los jefes del Ejército, pero sus intenciones se habían convertido en un delirio sin ninguna viabilidad.
En la primera vuelta de los comicios, Montesinos quiso dar el primer golpe electoral, al tratar de fraguar un triunfo de Fujimori por mayoría absoluta, que habría evitado una segunda vuelta. El lento recuento de los votos en la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) mantuvo la incertidumbre hasta el último minuto, y sólo las intensas presiones de la Embajada de Estados Unidos evitaron que Fujimori fuera proclamado vencedor con más del 50%. La ONPE estuvo teledirigida desde los despachos del SIN.
Carlos Boloña fue ministro de Economía en el primer Gobierno de Fujimori. Apodado cara de bebé por su rostro aniñado que se sonrojaba con facilidad en las entrevistas, redujo la inflación, puso las bases para la estabilización y el ajuste estructural con una serie de reformas neoliberales de escasa popularidad y logró la reintegración de Perú a la comunidad financiera internacional. Tras el autogolpe de abril de 1992 siguió nueve meses más en el Gobierno, pero al terminar el año Fujimori prescindió de sus servicios. Apartado de la política, Boloña incursiona en el mundo de los negocios, en una experiencia poco satisfactoria. Montesinos resuelve sus serios problemas de endeudamiento, y en agosto pasado, ocho años después, cuando regresa al Ministerio de Economía, sus vínculos con el jefe del SIN son algo más que una sospecha. La noche del 15 de septiembre, después de que Fujimori anuncia el recorte de su mandato, el adelanto de las elecciones y la desactivación del SIN, Boloña acude al despacho de Montesinos.Boloña ha sido acusado de propiciar leyes para defender intereses particulares como la modificación del impuesto selectivo al consumo, que beneficiaba a la British American Tobacco y perjudicaba a la tabacalera nacional. La medida provocó la división del grupo parlamentario oficialista en pleno desmoronamiento del fujimorismo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.