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Aragón encarga a una empresa de EE UU la clonación del bucardo

Células extraídas al último animal permitirán la 'resurrección' de esta especie desaparecida

Las células extraídas del último bucardo del parque nacional de Ordesa (Huesca), preservadas en congelación poco antes de la muerte de este último ejemplar a principios de año, van a permitir la resurrección de esta subespecie de cabra hispánica única en el mundo. El Gobierno aragonés ha firmado un acuerdo con la empresa Advanced Cell Technology para clonar el bucardo mediante la creación de un embrión a partir de la secuencia genética extraída de las células del animal original. Si el proceso culmina con éxito, los bucardos clonados -99,99% idénticos a los originales- devolverán la vida a esta especia extinguida.

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La técnica que se empleará en la resurrección del bucardo es la misma que ha permitido a ACT (con sede en Massachussets, Estados Unidos) la clonación de un buey salvaje en peligro de extinción. Los científicos insertaron un embrión "clónico" del buey en el útero de una vaca que dentro de algunas semanas se prevé se convierta en la primera madre de un animal de otra especie. En el caso del bucardo aragonés, la técnica irá aún más lejos porque desde primeros de año se trata de una especie extinguida. La clonación del animal desaparecido será posible sólo porque un grupo de científicos conservó muestras de tejido del último ejemplar, una hembra a la que llamaron Celia.

La hembra, que tenía un porte robusto de 50 kilos y los característicos cuernos en forma de lira, murió el día de Reyes de este año, atrapada bajo un árbol caído en la Faja Pelay, en plena serranía del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en Huesca. Casi un año antes, a finales de 1998, había fallecido el otro ejemplar que quedaba de esta especie y que también era hembra.

La desaparición del bucardo fue objeto de duras críticas de los que vieron en ello el fracaso del ambicioso plan de recuperación, emprendido por el Gobierno aragonés hace seis años, de esta especie cuya presencia había quedado reducida a Ordesa desde 1917. La posibilidad de resucitarla por medio de la clonación ya había sido contemplada en 1998 tras un intento fallido de cruce en cautividad. En abril de 1999 se capturó la única superviviente para tomarle las muestras necesarias para ello.

Según José Folch, del Servicio de Investigación del Gobierno de Aragón, se decidió tomar esas muestras "porque las circunstancias lo aconsejaban", con vistas a un posible experimento de "copia genética" del original; estaban en lo correcto, porque el animal murió poco después. Al poco tiempo, la empresa ACT presentó una propuesta de clonación que fue aceptada por el Gobierno aragonés y que se convertirá en el primer experimento de clonación de una especie extinguida.

En declaración a EL PAÍS, el científico Robert Lanza, el máximo responsable del proyecto en ACT, felicitó a los biólogos españoles por su cuidado en la conservación del ADN del bucardo y aseguró que "el Gobierno de Aragón será el dueño único de los materiales genéticos y los animales que surjan de este proyecto", que serán devueltos a su hábitat natural.

Para conseguir una reproducción exacta del animal se crearán embriones mediante la combinación del material genético de los tejidos del bucardo con el de otra especie de cabras. Los embriones serán transferidos a cabras que asumirán el papel de "madres de alquiler". Cuando culmine la gestación, las cabras parirán bucardos.

El siguiente problema es el de la reproducción de la especie resucitada. El ADN que se conserva es de bucardo hembra, y sólo mediante la manipulación genética puede lograrse un macho. Si el Gobierno aragonés acepta dar ese paso más, el doctor Lanza y los científicos del ACT emplearán técnicas moleculares recientes para insertar cromosomas masculinos de especies parecidas en el material genético del bucardo hembra. De ese experimento nacerán bucardos machos no del todo idénticos a los originales, aunque el parecido genético podrá ser prácticamente exacto al cabo de varias generaciones.

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