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Reportaje:INFORME SOBRE LA POBLACIÓN

El precio de la desigualdad

La discriminación femenina tiene un precio. Y los hombres también lo pagan. La ONU, que ha intentado cuantificar ese coste, insiste en su informe sobre una idea: la igualdad favorece el crecimiento económico, con los beneficios de todo tipo que conlleva. También recuerda que, pese a algunas mejoras, aún se está lejos de alcanzar los objetivos marcados en la cumbre internacional sobre la mujer, celebrada en Pekín en 1995. Entre otras cosas, faltan presupuestos para ello: pese a que los países cifraron en 5.700 millones de dólares el gasto anual necesario para mejorar los programas de población y salud reproductiva, sólo han estado disponibles 2.100.El informe El estado de la población mundial 2000 reconoce de entrada que gran parte del trabajo femenino, retribuido o no, tiene un impacto económico que rara vez se tiene en cuenta, debido sobre todo a que se realiza en la economía informal (venta ambulante, por ejemplo). Cita un estudio sobre Latinoamérica según el cual la riqueza aumentaría un 5% si desapareciera la discriminación femenina en el mercado de trabajo. A su vez, los ingresos de las mujeres crecerían el 50%.

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La ONU asegura que el freno a la educación femenina ha lentificado el desarrollo social y económico. Estima que los países donde hay tres chicas escolarizadas por cada cuatro varones tendrán una renta inferior en un 25% a la de aquellas naciones similares donde ya hay paridad en los pupitres. Añade que un aumento del 1% de la escolarización femenina en la enseñanza secundaria provoca un incremento del 0,3% del crecimiento económico.La desigualdad formativa es muy alta el África subsahariana y el sur de Asia.

Respecto a la salud, el informe señala que "globalmente, las niñas tienen más posibilidades de sobrevivir a la infancia". Sin embargo, esto no ocurre en los lugares con mayor discriminación. La alta incidencia del sida, que atribuye en parte a la desigualdad por sexo y a la falta de gasto en prevención, ha reducido en un 0,5% anual el producto interior bruto en los países más afectados.

Según la ONU, los gobiernos "tienen la llave" para favorecer la igualdad mediante cambios legales y políticas antidiscriminación. Sobre la presencia femenina en los órganos de decisión, señala que las mujeres ocupan el 13% de los escaños parlamentarios en el mundo (7% en 1975), pero no han accedido a las cámaras en una docena de estados y en al menos ocho no pueden votar. Sólo en nueve países las mujeres tienen al menos el 30% de los escaños: Dinamarca, Eritrea, Finlandia, Alemania, Islandia, Holanda, Noruega, Suráfrica y Suecia. .

La solución empieza en casa

"La igualdad entre hombres y mujeres es cuestión de toda la sociedad, pero empieza en la familia", señala el informe de la ONU. Cita la necesidad de que los hombres se comprometan a actuar contra la discriminación, especialmente en ese ámbito. Propone conductas como la paternidad responsable o el cese de la violencia contra las mujeres.El informe también se refiere al papel negativo que juegan los estereotipos sobre lo que es "un hombre de verdad": el cabeza de familia que impone sus deseos sin concesión. Los varones que no logran cumplir con ese papel social tienden a refugiarse en las drogas o el alcohol.

En su trabajo sobre el estado de la población, Naciones Unidas recuerda los compromisos internacionales vigentes hasta el año 2015, concebidos en las conferencias de El Cairo (1994) y Pekín (1995) y reafirmados el pasado abril en la cumbre de Nueva York. Entre ellos figuran la promoción de la presencia femenina en los órganos de decisión, el acceso de la mujer a los cuidados de la salud y a la educación o la promoción de las conductas masculinas respetuosas con las mujeres.

La eliminación de las actitudes discriminadoras en el mercado laboral y el reforzamiento de las leyes para conseguir igual salario para las mujeres que realizan la misma tarea que los hombres es otro de los objetivos pendientes para lograr la igualdad de oportunidades en el mundo.

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