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La producción de residuos tóxicos frena su descenso y supera las 282.000 toneladas anuales

La producción en Euskadi de residuos peligrosos frenó el pasado año la tendencia descendente de la década de los noventa y superó las 282.000 toneladas, según datos del Departamento de Medio Ambiente. Una cuarta parte de los productos residuales de los procesos industriales se logra reciclar completamente, más de un tercio se recupera parcialmente y un 4% se almacena en depósitos de seguridad fuera del País Vasco. Entre los 40 productos catalogados como desechos peligrosos destacan las partículas o polvos metálicos y los líquidos o lodos con metales, que acaparan el 62% del total.

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El último inventario elaborado revela un ligero aumento en la producción de desechos tóxicos respecto a 1997, cuando totalizaron 270.609 toneladas. Esta cifra confirmaba la paulatina disminución en la generación de estos residuos, que en 1992 llegaron a alcanzar las 537.868 toneladas. El pasado año, sin embargo, se registró un repunte y se situaron en las 282.198 toneladas, según los datos aportados por el Departamento de Medio Ambiente.Un porcentaje importante de estos productos se logra recuperar para utilizarlos nuevamente en la industria. Durante 1999 se reciclaron -los técnicos emplean el término "valorización"- 69.000 toneladas, el 24% del total. Con la parte más importante, 105.000 toneladas (un 37%), se consiguió una recuperación parcial, la llamada neutralización, que consiste en la aplicación de un tratamiento físico-químico que quita la toxicidad al residuo. Otras 95.000 toneladas (un 33%) se trataron mediante la inertización, es decir su depósito en vertederos después de eliminar los principios tóxicos de los desechos. Finalmente, 11.000 toneladas (un 4%) mantuvieron su toxicidad y se guardaron en depósitos de seguridad.

Dada la inexistencia de una instalación de estas características en el País Vasco, las empresas vascas recurren a depósitos tóxicos ubicadas en otras comunidades española, en concreto a cinco instalaciones: Cetransa, en Valladolid, el complejo medioambiental de Andalucía (Huelva), Secolen (Castellón), Técnicas de Protección Ambiental (Madrid) y Trademed (Murcia).El proyecto de construcción de un depósito de residuos tóxicos en Euskadi se encuentra paralizado desde hace más de quince años. Aunque algunos responsables de la Consejería de Medio Ambiente han planteado la necesidad de realizar estudios para su puesta en marcha, no se ha avanzado nada. La realización de una instalación de este tipo ha sido una reivindicación histórica de la industria. El anterior equipo del Departamento de Medio Ambiente, en manos de los socialistas hasta 1995, acordó con los empresarios su construcción y se estudió invertir 1.000 millones de pesetas para una instalación con capacidad para 300.000 toneladas. Pero con la llegada de Eusko Alkartasuna a Medio Ambiente, el proyecto quedó paralizado, al darse prioridad a la apuesta por el reciclaje. La actual viceconsejera Esther Larrañaga ha comentado que "no hay necesidad" de un depósito de residuos peligrosos y que no es "ninguna prioridad" para el Ejecutivo vasco.

Entre los residuos que se generan, destacan sobre todo los líquidos o lodos con metales (89.730 toneladas), las partículas o polvos metálicos (86.900 toneladas), las escorias y cenizas (37.000) y las mezclas de aceite, agua e hidrocarburos (29.000 toneladas). Los cuarenta productos clasificados en el inventario del Gobierno van desde conservantes de la madera, tintas, colorantes, productos pirotécnicos y jabones hasta lodos de lavados de gases, residuos de la limpieza de cisternas, baterías y pilas eléctricas y aceites vegetales.

Las más de 282.000 toneladas existentes ahora no son gestionadas en su totalidad en el País Vasco. Cerca de una cuarta parte (71.200) se tratan en otras comunidades. En cambio, más de 56.500 toneladas residuos tóxicos no producidos en Euskadi se tratan en la comunidad autónoma. La mayoría de ellos (44.900) proceden del resto de España y más de 11.500, de otros países europeos. "Son sobre todo polvos de acería y, en menor medida, otros residuos con contenido en zinc y cobre, destinados a la recuperación de dichos metales en las empresas metalúrgicas de segunda fusión implantadas en nuestra comunidad", señalan en el Departamento de Medio Ambiente.

Barcelona, con más de 19.000 toneladas, Navarra (casi 12.000), Madrid (3.244) y Valencia y Valladolid, con alrededor de 1.500 toneladas, fueron los territorios que más desechos tóxicos enviaron al País Vasco para su tratamiento.

Por su parte, las empresas vascas exportaron para su gestión en países europeos un total de 5.152 toneladas de productos peligrosos, que en su mayoría contienen componentes orgánicos. "Son mayoritariamente clorados, cuyas vías de gestión son la incineración de alta seguridad o el tratamiento de descontaminación, en el caso de las carcasas de transformadores contaminados por policlorobicenilo (PBC)".

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