El plan impide ampliar regadíos desde Tarragona a Almería
Ni una hectárea más
El gran caballo de batalla del Plan Hidrológico ha sido ajustar las peticiones de demanda de agua por parte de la agricultura de regadío, un sector que consume el 80% de este recurso. El anteproyecto que se facilitará al Consejo Nacional del Agua reduce en un 15% las previsiones de oferta de agua para regadíos contenidas en los planes hidrológicos de cada cuenca aprobados por el Gobierno de José María Aznar el 24 de julio de 1998. Esta medida implica en la práctica paralizar la ampliación de regadíos en el sureste español."Se reducen al mínimo los regadíos previstos en las cuencas receptoras (deficitarias) y se aumentan los de las cuencas cedentes", aseguran fuentes del Ministerio de Medio Ambiente. No habrá, pues, una hectárea más de nuevos regadíos en Cataluña, la Comunidad Valenciana, Murcia ni Almería. Al menos no están previstas nuevas dotaciones para regadíos que no estén legalizados.
Según los planes de cuenca (normas que regulan el reparto del agua disponible entre los distintos usuarios), en España hay actualmente 3.437.038 hectáreas de regadíos, la mayor parte de ellas en la cuenca del Ebro (780.000), seguida del Duero (550.000) y el Guadalquivir (480.000).
En los planes de cuenca se prevé que el Ebro aumente en más de medio millón de hectáreas la superficie de regadío; Cataluña, en 12.000 hectáreas; la cuenca del Júcar, en 55.000 hectáreas, la cuenca del Sur (litoral mediterráneo andaluz) en 28.000. Sólo la cuenca del Segura se quedaría con las 265.000 hectáreas que dedica actualmente sin aumentar ni una más. No obstante, en esta cuenca existe una superficie sin determinar que se transformó en regable pensando que el Tajo trasvasaría algún día 1.000 hectómetros cúbicos anuales, hecho que no ha ocurrido nunca ni se espera suceda en el futuro. El recorte previsto en el plan hidrológico se limitaría a aquellos que figuran de nueva creación en los planes de cuenca. Según el Libro Blanco del Agua, cuya edición definitiva y largamente prometida por el Ministerio de Medio Ambiente no acaba de salir a la venta, los planes de cuenca recogen 1.170.000 hectáreas adicionales de superficie regable. El propio Libro Blanco añade que el regadío genera el 30% de los jornales agrarios, lo que representa 600.000 puestos de trabajo.
El recorte aplicado al uso agrario del agua se justifica por la incertidumbre de la política agraria de la Unión Europea y la consideración del impacto del cambio climático y sus efectos sobre el régimen de lluvias. Los estudios sobre el agua disponible en la cabecera del Tajo cuando se diseñó el trasvase al Segura se han revelado excesivamente optimistas.
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