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El Ejército fracasa en su oferta para 'olvidar' el pasado en Argentina

Pedir perdón una vez

La propuesta mesa de diálogo nacional para terminar con los llamados juicios de la verdad -en los que se investiga la suerte de los desaparecidos en la dictadura, pero sin capacidad punitiva-, no cuenta con el apoyo en la sociedad argentina. La polémica oferta del jefe del Ejército de Tierra, general Ricardo Brinzoni, ha obtenido el rechazo de todos los sectores relacionados con el caso de los detenidos-desaparecidos. Tal ha sido la oposición de dirigentes políticos y sociales, funcionarios judiciales, defensores de los derechos humanos y destacados miembros de la Iglesia católica, que el propio Gobierno argentino ha negado su complicidad en la propuesta. Un portavoz oficial del ministro de Justicia, Ricardo Gil Lavedra, aseguró a este corresponsal que "el Gobierno argentino no auspicia mesa de diálogo alguna; ni la impulsa ni la cree factible. Es una cuestión que ha pasado por los medios de comunicación, pero nunca fue considerada".

Sobre los llamados juicios de la verdad, la posición del Gobierno argentino parece clara: si en algún momento las leyes dictadas por el Congreso impidieron el castigo de los culpables, esto no debe impidir la búsqueda de la verdad, el derecho a saber qué pasó.

El ministro de Defensa, Ricardo López Murphy, que insistió en la necesidad de respetar el camino de la justicia, aseguró que para que "una iniciativa de este tipo prospere es necesaria la voluntad de ambas partes de sentarse a dialogar". Las organizaciones de víctimas de la dictadura y defensoras de los derechos humanos rechazan cualquier componenda y acusan al ministro de ser el portavoz de las Fuerzas Armadas. Éste se defiende asegurando que su puesto es el de "ministro de Defensa y no de la Reconciliación".

La preocupación del general Brinzoni comenzó a hacerse evidente y pública desde que sucedió al general Martín Balza. En una entrevista con el diario Clarín, Brinzoni recordó que "el discurso de reconocimiento de responsabilidades que realizó el general Balza fue un acto institucional de contrición, como golpearse en el pecho y decir: 'Ésta es la responsabilidad del Ejército'. Eso ya se hizo una vez. ¿Cuántas veces más hay que hacerlo?"El jefe del Ejército no quiere cargar "con la mochila del pasado" y deja en claro que su único objetivo es impedir que se obligue de nuevo a los militares en activo a desfilar ante los tribunales civiles, aun cuando estos juicios por la verdad no tengan consecuencia penal para los involucrados, todos ellos amparados por las leyes de Punto Final, de Obediencia Debida.

Mientras, un denominado Grupo de Almirantes Retirados defendió a los oficiales y suboficiales procesados por el robo de bebés nacidos en cautiverio. En un comunicado, este grupo sostiene que no hubo "un plan sistemático de apropiación de menores", y acusa a sectores del Gobierno, que no identifica, de contribuir ideológicamente a "la agresión permanente de las Fuerzas Armadas".

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