El intelectual y político Josep Melià Pericàs fallece a los 61 años de edad en Mallorca

El intelectual y político Josep Melià Pericàs, que participó en la apertura y transición democrática española -fue portavoz del Gobierno de Suárez en 1979- y reactivó como escritor y militante el nacionalismo cultural mallorquín contemporáneo, murió ayer en su casa de Alcúdia (Mallorca) a los 61 años de edad, a causa del cáncer que padecía. Su contribución más relevante radica en la obra Els mallorquins (1967), un alegato apasionado sobre los orígenes y el futuro insular y de la cultura catalana en general, que en 1979 reescribió como La nació dels mallorquins.

Sus textos de análisis de la política española están en los libros El largo camino de la apertura (1976), Así cayó Adolfo Suárez (1981) y La trama de los escribanos del agua (1983), que novela el golpe de Estado del 23-F, a partir de los datos que conoció mientras era delegado del Gobierno en Cataluña.Personaje de vasta cultura y múltiples inquietudes, este periodista, investigador, literato polifacético -un actor de la cultura a la antigua- se reconocía con las virtudes y lastres de la dispersión. Josep Melià se centró en los años ochenta en sus despachos de abogado y asesoría empresarial en Mallorca, Barcelona y Madrid, pero su influencia sobre la vida y los debates del último tercio del siglo en Mallorca quedó reconocida por el doctorado honoris causa de la Universidad de las Islas Baleares y por la Medalla de Oro que le otorgó el Gobierno balear.

Melià parecía excesivo pero en él nada era arbitrario: dejó de escribir libros hace seis años: "No siento la necesidad, no tengo tiempo y no tengo nada que decir", manifestó poco antes de sentirse "relativamente enfermo". Las secuelas del complejo episodio clínico que afrontó con gran entereza le aportaron "una cierta inseguridad corporal", que cercenó la que llamaba "promiscua vida social y cultural". Sobre su mesa quedaron varios viejos proyectos literarios inacabados y está inédita una gran parte de sus memorias personales -dictadas- y una larga grabación audiovisual sobre su vida y trayectoria.

Biógrafo y amigo constante de Joan Miró y Eusebio Sempere, y gran conocedor de Antoni Tàpies, el activista desaparecido atesoró una gran colección de arte actual. Desprendido en los afectos avaló y asesoró la carrera de muchos pintores y escritores, jóvenes y consagrados. Trabajó para que la censura de la dictadura levantara el veto a la atrevida novela L'adolescent de sal (1975), de Biel Mesquida, y en épocas complicadas se solidarizó con el periodista encarcelado por los militares Josep Maria Huertas Clavería. Tertuliano, gastrónomo y buen fumador, veloz de ideas y rápido en la acción, muchas veces controvertido, Melià procuraba hacer varias cosas al mismo tiempo, como si la realidad pudiera apisonarle. Fue pionero en los programas de debate y crítica de libros en los comienzos de TVE en los sesenta y setenta, y ejerció de comentarista político de EL PAÍS en sus comienzos. Antes alcanzó prestigio su trabajo como columnista en el Diario de Mallorca, en Nuevo Diario, El Alcázar y, de manera especial, en Destino. También aportó sus textos en los desaparecidos El Correo Catalán y El Observador. En los últimos años publicaba en los diarios Diari de Balears -que ayudó a transformar en el primer diario en catalán de Mallorca- y Última Hora, del Grupo Serra de Palma, al que estuvo vinculado como accionista y consejero.

Josep Melià (Artà, 1939), afirmaba que él quiso ser sólo abogado y alternativamente escritor, pero que las circunstancias le obligaron a comprometerse en otros actos de servicio.