El Congreso suaviza las restricciones sobre la isla
El freno del 'lobby'
La Cámara de Representantes del Congreso estadounidense aprobó a últimas horas del jueves (madrugada de ayer en España) una enmienda legal para despenalizar la venta de medicinas y alimentos y levantar las restricciones a los viajes de ciudadanos norteamericanos a la isla. La medida, que aún tiene que pasar la votación del Senado y la sanción del presidente Bill Clinton, es una derrota para el lobby cubano en el exilio, favorable al endurecimiento del embargo. Líderes exiliados dijeron ayer en Miami que ya presionan para que la propuesta no sobreviva en el Senado.
La victoria por una amplia mayoría de votos (301 a 116 para anular las restricciones a la venta de alimentos y medicinas, y 232 a 186 para levantar las sanciones de viajes), es otra muestra de que la balanza política norteamericana se inclina cada vez más a favor de modificar la política de asilamiento a Cuba, vigente desde hace 38 años. Además, a diferencia de otros intentos, la propuesta cuenta ahora con apoyo bipartidista. Nunca antes el respaldo republicano había sido tan abrumador: 60 congresistas conservadores votaron "sí" a la propuesta presentada por uno de los suyos, Mark Stanford.
"Éste es el principio del fin de un anacronismo político. El aislamiento de casi cuatro décadas a Cuba no ha servido", afirmó Stanford. Este representante republicano es partidario de intensificar el comercio y las relaciones entre ambos pueblos como fórmula para impulsar las reformas democráticas. El año pasado, 135.000 norteamericanos visitaron Cuba con autorización del Gobierno de EE UU.
Cuba es el último reducto de la guerra fría con el que EE UU mantiene todavía una muralla comercial. El año pasado despenalizó las sanciones a la venta de medicinas y alimentos a Irán, Libia y Sudán, y este año ha abierto las puertas a China y Vietnam. La lentitud en adoptar la misma política con la isla caribeña en gran parte se debe, según los observadores, a la presión del lobby cubano, que ha amasado poder económico y político en los 40 años de exilio en EE UU.
Jorge Mas Santos, presidente de la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA), dijo ayer en Miami que no estaba preocupado porque la medida aprobada no cambia la ley. Esto es técnicamente correcto, ya que los cambios forman parte de una enmienda presupuestaria que prohíbe al Departamento del Tesoro usar fondos federales para aplicar las sanciones contra la venta de alimentos y medicinas y las restricciones de viajes. Pero también es cierto que esta despenalización es el resultado de un creciente movimiento de presión de empresarios, agricultores y otros sectores sociales para normalizar las relaciones con Cuba.
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