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La Habana teme que se produzca una nueva oleada de 'balseros' a EE UU

El caso Elián está cerrado, pero otros muchos similares pueden producirse este verano. Así lo confirma la llegada esta semana a las costas de Florida de una nuevo grupo de 17 balseros, compuesto por 11 hombres, tres mujeres y dos niñas. Con estos nuevos casos son ya más de 220 los emigrantes ilegales cubanos llegados a EE UU en julio y 1.000 en lo que va de año, a los que hay que sumar los 697 balseros interceptados en alta mar que fueron devueltos a la isla por EE UU.

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Según el Gobierno de La Habana, mientras se mantenga en vigor la Ley de Ajuste, que permite a los balseros cubanos obtener la residencia sólo con pisar territorio norteamericano, el flujo de las salidas ilegales no se detendrá, con los consiguientes riesgos de que un nuevo naufragio provoque otro drama como el de Elián.Las salidas en balsa de Cuba hacia Estados Unidos se incrementan siempre en verano. El buen tiempo y la mar serena son alicientes adicionales para aquellos cubanos que, con tal de conseguir su objetivo de llegar a Miami, están dispuestos a arriesgarse a un naufragio o a ser capturados por los guardacostas. Esta realidad cobra este año una nueva dimensión: el caso Elián ha disparado la alerta.

Las dos partes señalan el peligro. En La Habana, la semana pasada Fidel Castro denunció que entre junio y julio al menos 22 niños cubanos han hecho la misma travesía que realizó Eliancito el año pasado y que acabó en tragedia. En EE UU, el abogado de asuntos de inmigración Wilfredo Allen, promotor de una iniciativa fracasada para revocar la política de doble rasero de "pies secos" y "pies mojados" (los balseros que logran pisar tierra pueden quedarse en EE UU gracias a la Ley de Ajuste Cubano; los que son interceptados en alta mar son devueltos a Cuba en virtud del acuerdo migratorio firmado por ambos países en 1995), advirtió de que, mientras EE UU mantenga estas contradicciones, los problemas migratorios continuarán.

Castro, como Allen, argumenta que la existencia de la Ley de Ajuste Cubano es determinante en el incremento del tráfico de inmigrantes. El Servicio de Inmigración y Naturalización de EE UU calcula que más del 80% de los cubanos que han llegado ilegalmente a territorio norteamericano lo han hecho en lanchas rápidas de contrabandistas de Miami. El modo de operar es sencillo y descarado: los coyotes del mar recogen a sus pasajeros en la isla y los sueltan en cualquier cayo o playa de Florida. No se preocupan siquiera de simular una huida en balsa, pues, gracias a la Ley de Ajuste, da igual cómo lleguen.

Las detenciones de los contrabandistas no son frecuentes, y cuando ocurren no sirven para quitarle atractivo al negocio. Las ganancias son enormes y las posibilidades de que los guardacostas intercepten las veloces lanchas son escasas.

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El Gobierno de Fidel Castro tiene el objetivo central de conseguir la derogación de la Ley de Ajuste. Según La Habana, con esta ley, "EE UU incita criminalmente a los cubanos a arriesgar su vida en travesías peligrosas con el único, innoble y repugnante fin de calumniar a Cuba y distorsionar groseramente su imagen".

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