Elmore Leonard defiende la primacía de los personajes en la novela negra

En el mundo de la novela negra, Elmore Leonard está reconocido como el maestro de los diálogos callejeros. Aunque él preferiría que se resaltara su habilidad para introducir elementos cómicos en tramas violentas, sus personajes son su gran creación. Muchos creen que escribe autobiografía: "Recibo cartas de gente encarcelada que me pregunta dónde cumplí condena o, incluso, si soy negro. Pero no tiene misterio: escucho a la gente hablar, uso mis contactos en la policía y en el hampa". Leonard presentó ayer en Madrid Tómatelo con calma (Ediciones B).

Puede ser el número uno de la novela negra estadounidense pero aprovecha un viaje de placer a España para actividades promocionales. Leonard pertenece a la raza de los escritores incansables: tiene 37 libros publicados y se emociona hablando del próximo, que, igual que los anteriores, escribe a mano en jornadas de ocho horas. "Me gusta que mis libros sean protagonizados por gente con pasado oscuro, que no se sabe muy bien cómo van a reaccionar. Yo no planeo mis argumentos, pienso en personajes y, en cuanto he encontrado su lenguaje y sus motivaciones, los junto y dejo que se interrelacionen. A diferencia de la ficción más respetable, el autor desaparece y ellos toman el mando. Sean héroes o villanos, yo termino teniendo simpatía por ellos, pero son sus acciones las que determinan el desenlace. Por eso suelen decirme que algunas de mis novelas acaban abruptamente, pero así es la vida, sorprendente y brutal".

Aunque nacido en Nueva Orleans, Leonard vive en los alrededores de Detroit y allí transcurren los libros que le consagraron. "Cuando Detroit perdió la base industrial, muchos delincuentes se trasladaron al sur de Florida y yo les seguí. En Miami hay excelentísimos autores de novela policiaca, mi favorito era Charles Willeford, pero yo tengo la ventaja de que iba de vacaciones allí en los años cincuenta y pude percibir el cambio de ambiente con la llegada de los cubanos, los colombianos y demás inmigrantes".

Su personaje Chili Palmer reaparece en Tómatelo con calma, donde se introduce en el mundo del rock. "Resulta que MGM es la propietaria del personaje Chili Palmer, lo cual tiene gracia ya que hay un Chili Palmer de carne y hueso, un antiguo mafioso de Miami, que incluso aparece al principio de Cómo conquistar Hollywood".