Villalobos reconoce que no ha pedido dinero a Hacienda para financiar el plan de choque
"Tendremos que apretarnos el cinturón por otro lado", dice la ministra de Sanidad
Dentro de 10 días, 13 hospitales del Insalud deberán intensificar su actividad para reducir las listas de espera de cirugía cardiaca, según el plan de choque anunciado por el Gobierno. Pero la financiación de este plan es una incógnita. La ministra de Sanidad, Celia Villalobos, reconoció ayer que no ha pedido "aumento de presupuestos a Hacienda, que es quien reparte el dinero". La ministra añadió: "Tendremos que apretarnos el cinturón por otro lado", y apuntó al ahorro que supondrán los fármacos genéricos. El sector considera inviable esa fuente de financiación.
Villalobos había afirmado el jueves, en la tertulia radiofónica de Luis del Olmo en Onda Cero, que los quirófanos aumentarían su actividad mediante la reorganización de los servicios y la contratación del personal necesario, fueran enfermeras o anestesistas. También aseguró que "se va a gastar más dinero en sanidad". Pero ayer, en declaraciones a Radio Nacional, reconoció que no ha pedido financiación adicional al Ministerio de Hacienda, y ello a pesar de que "intensificar el trabajo significa dinero".Para resolver esta paradoja, la ministra se refirió a los genéricos, fármacos cuya patente ha expirado y que se venden sin marca a precio reducido. La progresiva implantación de los genéricos es una de las medidas con que el Gobierno espera desacelerar el incremento del gasto farmacéutico, que superó en 1999 el billón de pesetas (1.041.047 millones) en el conjunto del sistema español. Este gasto viene creciendo a ritmos superiores al 10% anual. El año pasado aumentó un 9,95%, y ello gracias a medidas excepcionales de recorte. Al acabar el último ejercicio, los genéricos sólo representaban el 1,7% del gasto farmacéutico, frente al 20% alemán o el 27% danés.
Entre los partidos y el sector sanitario existe un amplio consenso en que los genéricos son una buena herramienta para frenar la aceleración del gasto farmacéutico a medio plazo (por ejemplo, que de aquí a unos años crezca un 8% en lugar de un 10% anual), pero el escepticismo era ayer generalizado sobre su utilidad para liberar recursos con los que aumentar la actividad de los quirófanos. La opinión generalizada es que se precisa inyectar nuevos recursos.
La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) calificó ayer las declaraciones de la ministra de "insensatas", y argumentó que el gasto farmacéutico no va a enjugarse con los genéricos. "Son aún un mercado pequeño y nada hace prever que vayan a significar un ahorro significativo. Por tanto, el dinero del plan de choque tendrá que salir de otras zonas", señaló Marciano Sánchez-Bayle, presidente de la FADSP.
El presidente de la Organización Médica Colegial, Ignacio Sánchez Nicolay, afirmó que se necesitan más recursos para reducir las esperas "porque la demanda continúa creciendo, mientras que los recursos no lo han hecho al ritmo que debieran en los últimos años".
"Con los genéricos que están disponibles y con los incentivos actuales para que los médicos y los farmacéuticos los potencien, es muy difícil que se genere un ahorro significativo para reducir las listas de espera", dijo el coordinador socialista de sanidad, José Manuel Freire. "Los genéricos pueden ser importantes a medio plazo, pero es muy improbable que aporten recursos para financiar un plan de choque".
En parecidos términos se expresaron algunos responsables de la gestión hospitalaria. El director del Hospital grancanario Doctor Negrín, Ruperto Matas, acusó al Gobierno de hacer "demagogia sin poner dinero" y afirmó que la disminución de las listas precisa inyectar nuevos recursos en el sistema.
José María Fidalgo, secretario general de CC OO, señaló que el gasto farmacéutico está "parasitando" al gasto sanitario total [supone un 25% del total, uno de los mayores porcentajes de la Unión Europea], pero añadió que, en materia de sanidad, el Gobierno "ni gasta el dinero suficiente, ni el dinero que administra lo gasta de la manera más conveniente".
El gasto sanitario español es inferior al de la media europea y, de hecho, al de todos los países de la UE excepto Portugal y Grecia. Según los últimos datos comparativos de la Organización Mundial de la Salud, el gasto sanitario español es de 1.168 dólares por habitante, -unas 210.240 pesetas- frente a una media comunitaria de 1.743 dólares por habitante. El número de camas hospitalarias es también inferior a la media de la UE (4,3 frente a 7,3 camas por 1.000 habitantes).
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