La Escuela de Artes y Oficios de Vitoria celebra su 225º aniversario

La Escuela de Artes y Oficios de Vitoria, uno de los centros formativos con más solera y prestigio del País Vasco, conmemora estos días su 225º aniversario tras haber superado una crisis de financiación que estuvo a punto de cerrarla hace quince años. La reestructuración de las disciplinas y el apoyo de las instituciones han logrado superar el trance.

La memoria se debe remontar hasta el año 1774, cuando el conde de Peñaflorida y la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, en colaboración con los gremios de la época, fundaron la escuela de dibujo. Los objetivos de esta escuela se centraban en la enseñanza de unos trabajos basados en la creación plástica que eran de uso cotidiano y que se impartían de manera gratuita, filosofía que defendía la institución impulsora de la idea. Los primeros nombres que aparecen como profesores -Arambarri, Moraza o Vallerna- muestran la relevancia que en círculos intelectuales tenía el proyecto.La RSBAP había estudiado el modelo de escuela en lugares como París, Londres, Edimburgo, La Haya, Amsterdam, Rouen y Burdeos, con especial referencia en la escuela gratuita de dibujo abierta en la capital francesa en 1767. El director de la RSBAP expresó en aquellos momentos la absoluta indiferencia que había padecido hasta ese momento este tipo de enseñanzas en España.

Los datos avalan la importante trayectoria del centro. En estos 225 años se han formado en esta institución más de 50.000 alaveses en disciplinas tan variadas como las relacionadas con las bellas artes, los oficios artesanales, idiomas o geografía. Entre sus ilustres alumnos figuran nombres de prestigio como el arquitecto Justo Antonio de Olaguíbel, o los pintores Fernando de Amárica, Ignacio Díaz de Olano y Enrique Suárez Alba.

Los actuales responsables del centro han querido recordar en su aniversario las dificultades que atravesó hace quince años, cuando los problemas de financiación obligaron a reconsiderar el papel de la escuela. Se optó entonces por oficializar los estudios impartidos y reducir sus dimensiones, que le habían llevado en los años sesenta a contar con 1.500 alumnos.

"Talante progresista"

De esta manera, hoy en día se limita a las artes plásticas y la artesanía, aunque existen iniciativas para ampliar el campo de formación. Entre ellas se encuentra la creación de talleres de videoarte y el recurso a la informática.

Su director, José Ignacio Martínez de Arbulo, ha señalado que la actual vocación del centro pasa por recuperar el talante progresista que inspiró a los fundadores. En este sentido, indica que el objetivo no es crear artistas "sino acercar el arte a los ciudadanos con independencia de su edad". El alumno de los talleres es muy heterogéneo y está compuesto por estudiantes de Secundaria que buscan una formación previa a una carrera superior, y por otro lado, adultos que trabajan o estudian y tienen inquietudes artísticas.