Los sindicatos acusan a Osalan de disfrazar la realidad hablando de falsos accidentes laborales
Las centrales aseguran que el fraude está en el bajo índice de enfermedades profesionales
"Lamentable". Esta es la opinión unánime de todos los sindicatos cuando se les pregunta por la noticia difundida por Osalan de que algunas empresas disfrazan enfermedades comunes como accidentes laborales para ahorrarse costes. Estos casos son "habas contadas", aseguran las centrales, que recriminan a Osalan que difunda esta situación y no se encargue de investigar "fraudes masivos" a la Seguridad Social por parte de las mutuas y empresas que se niegan a reconocer las enfermedades profesionales de los trabajadores como tales.
"Es una insensatez que el director de Osalan pretende confundir a la opinión pública", critica Javier Bermejo, responsable de salud laboral de UGT Euskadi. En sintonía con el resto de los responsables de los sindicatos vascos, considera "una irresponsabilidad" e incluso "propio de otra galaxia" difundir el caso de las cuatro empresas que confesaron al propio responsable de Osalan, Juan Carlos Coto, haber contabilizado como accidentes laborales enfermedades comunes y lesiones jugando a futbito o esquiando de sus trabajadores. Sobre todo cuando, en opinión de las centrales, el fraude masivo se está dando con las enfermedades profesionales. "La bolsa detectada por Osalan son habas contadas y lo que está ocurriendo con las enfermedades profesionales es una epidemia", sentencia Iñigo Sagarna, responsable de salud laboral de ELA.En el fondo del asunto están los diferentes costes que tienen que asumir las mutuas de accidentes y las empresas si un trabajador sufre una enfermedad común o si sufre un accidente laboral o una enfermedad profesional. En el primer caso, en las bajas comunes, es la empresa la que tiene que asumir el pago, como mínimo, del 60% del salario al trabajador enfermo en la primera quincena y después, es la Seguridad Social la que abona la prestación económica. Sin embargo, si se trata de un accidente laboral o de una enfermedad profesional, el coste corre a cargo de las mutuas de accidentes que, según denuncian los sindicatos, "deniegan por sistema las bajas por enfermedad profesional intentando derivar el coste de las prestaciones económicas hacia el Instituto de la Seguridad Social", señala Bermejo.
España es el país con mayor índice de siniestralidad en Europa y el que menos enfermedades laborales tiene. Este dato demuestra, en opinión unánime de ELA, LAB, CC OO y UGT, que no se están contabilizando ni en España ni en el País Vasco las enfermedades provocadas por el trabajo por la "actitud fraudulenta" de las mutuas de accidentes.
Amianto
"No es lógico que en el Reino Unido se hayan contabilizado 2.000 trabajadores muertos por el amianto y que en España haya 37 muertos por el mismo motivo", denuncia Jesús Uzkudun, secretario de salud laboral de CC OO. Pará este sindicalista el aumento del 30% de las enfermedades profesionales registrado en el País Vasco el pasado año, con 1.339 casos contabilizados por el Eustat, es el resultado del "trabajo de los sindicatos para que se contabilicen las enfermedades profesionales como tales". Sólo en Guipúzcoa, se han añadido a la lista del pasado año a 300 sordos a consecuencia de su trabajo.
La alta siniestralidad laboral, que el año pasado se cobró la vida de 90 trabajadores vascos, ha logrado superar la tradicional brecha sindical. En este tema, la opinión de los sindicatos es unánime. ELA, LAB, CC OO y UGT coinciden en señalar que no se contabilizan a todos los trabajadores muertos en sus centros de trabajo y que de las listas oficiales quedan excluidos los autónomos y los empleados eventuales y contratados a través de ETT y empresas de servicios.
Igualmente, los sindicatos vascos reclaman la actualización de la lista de enfermedades profesionales, que se aprobó por Real Decreto en 1978, y a la que tan sólo se han incorporado dos nuevas enfermedades."Incluso la Ley de prevención de riesgos laborales de 1995 señala la necesidad de actualizar esta lista y todavía no se ha hecho nada", critica Juanjo Rodríguez, responsable de salud laboral de LAB. Su homólogo en ELA añade que "el estrés y la afonía, las enfermedades más habituales del colectivo de docentes, no aparecen en la lista por lo que directamente están excluidos de las bajas por enfermedad profesional".
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