Unió de Pagesos anuncia una nueva 'guerra de la avellana' tras negar la UE más ayudas a los frutos secos

La negativa del comisario de Agricultura de la Unión Europea (UE), el austriaco Franz Fischler, a debatir la prórroga de las ayudas al sector de los frutos secos tendrá consecuencias inmediatas. Unió de Pagesos (UP), sindicato mayoritario en el campo catalán, ha convocado para hoy en Alcover una asamblea en la que se debatirán las acciones que llevarán a cabo. "Nos obligan a volver a las carreteras", aseguró ayer Pere Guinovart, responsable del sector de frutos secos de la UP. Además el sindicato ha convocado a sus militantes a cortar hoy 15 carreteras para protestar por el aumento de los precios del gasóleo agrícola y de los fertilizantes, que durante el último año han subido casi el 60%.Los cortes anunciados para hoy comenzarán a primeras horas de la mañana y se prolongarán hasta después del mediodía.

Respecto al problema de los frutos secos, Franz Fischler no se mostró en absoluto receptivo a las propuestas del ministro de Agricultura, Jesús Posada, que, apoyado por su homólogo italiano, solicitó una prórroga de las ayudas que actualmente percibe el sector. Fischler recordó que los planes de mejora de estos cultivos fueron introducidos para un periodo máximo de 10 años, por lo que los productores conocían de antemano su duración.

El comisario austriaco aseguró que las condiciones del sector han mejorado mucho tras la concesión de las ayudas. La negativa a renovar las subvenciones afecta a 135.000 agricultores españoles que trabajan 641.000 hectáreas, de las que más de 100.000 están en Cataluña.

Los productores, que no piensan como Fischler, auguran movilizaciones de mayor contundencia que las que realizaron en 1996, cuando el objetivo de su lucha, que se prolongó durante nueve meses, era que se ampliaran las ayudas. "Ahora es por la totalidad de las ayudas. Dejan el sector a merced del libre mercado", explicó Pere Guinovart. El dirigente de UP recordó que los frutos secos no pueden mantener una competencia en términos de igualdad con países como Turquía, con una mano de obra más barata, en el caso de la avellana; con California por lo que respecta a la almendra, o con el norte de África en el caso de la algarroba. Los payeses recuerdan que el 36% de las explotaciones agrarias contabilizadas en 1989 han abandonado el cultivo de los frutos secos, lo que, añaden, es una muestra de las necesidades del sector.

Guinovart reiteró que el problema debe considerarse estructural y de ahí su exigencia de que la UE se avenga a conceder una ayuda directa a la renta cifrada en 88.750 pesetas por hectárea. Asimismo recordó que dejando al sector en manos del mercado libre no hay posibilidades de que pueda llevarse a cabo su reconversión, puesto que gran parte de la tierra trabajada no admite con facilidad otros cultivos. Por otra parte, se mostró preocupado por el alcance de las movilizaciones: "Sabes cómo empiezan, pero no cómo acaban".

Los nueve meses de movilización en 1996 provocaron colapsos circulatorios en Tarragona cada fin de semana y las carreteras de la provincia se llenaron de barricadas con neumáticos encendidos. Los payeses tuvieron que recurrir a encierros en la catedral de Tarragona hasta que las administraciones atendieron sus demandas.