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La Primavera Fotográfica del 2000 lleva 170 exposiciones a 35 ciudades catalanas La bienal se integra en el Festival de la Luz al especializarse en la creación de imágenes

La Primavera Fotográfica de Cataluña comienza hoy su décima edición con una dispersión de propuestas en 35 ciudades catalanas que asistirán al montaje de miles de imágenes en 170 exposiciones. Con un presupuesto de 300 millones de pesetas, la bienal presenta hasta el 31 de mayo un recorrido por todas las tendencias del medio, con un carácter abierto y reivindicativo, que abarca la historia de la fotografía, el coleccionismo y la enseñanza de la imagen. Entre los autores figuran Català-Roca, Xavier Miserachs, Inge Morath, Cecil Beaton, Leopoldo Pomés, Carlos Saura y Helmut Newton.

A diferencia de las anteriores ediciones, la presente convocatoria de la Primavera Fotográfica no se ampara bajo el paraguas de lo monográfico. Así, la bienal de 1998 se estructuraba en cuatro apartados -Patrimonio y Homenaje, La Vanguardia, Fotografía y Política, y Las Nuevas Tecnologías- y estaba dedicada a la memoria de Francesc Català-Roca. Otras mantenían fórmulas parecidas: Retrato Fotográfico: Construir la Identidad, Fotografía y Arquitectura, Ética y Estética de la Fotografía de Reportaje; Europa: Clásica, Europa: Inédita, Mujer Fotógrafa, Selección Crítica.Por el contrario, en esta décima entrega se ha apostado por aquello del "aquí vale todo" con la excusa del 2000, el cambio de siglo y la integración de este evento en el Festival de la Luz, una especie de denominación de origen de los festivales de ámbito internacional especializados en la fotografía de creación.

Organizada por el Área de Artes Plásticas del Departamento de Cultura de la Generalitat, la Primavera Fotográfica es un certamen bianual que se celebra en Cataluña desde 1982, "de carácter abierto e internacional", y tiene su sede en Barcelona desde entonces. Puede decirse que su origen fue el resultado de las conclusiones derivadas de los movimientos militantes iniciados en los años setenta y que sublimaron en las Primeres Jornades Catalanes de Fotografia, celebradas en 1980 en la Fundación Joan Miró.

Coleccionismo

"Tal vez el 2000 sea la fecha idónea para una reflexión sobre el pasado, el presente y el futuro; ésta es una convocatoria abierta a todos los artistas, espacios públicos y galerías; no obstante, los organizadores de la Primavera Fotográfica 2000 haremos hincapié, mediante la organización de conferencias, debates y coloquios, en tres aspectos importantes hacia los cuales trasladamos el carácter reivindicativo que ha tenido, desde siempre, este festival: la historia de la fotografía, el coleccionismo y la enseñanza de la imagen y de su historia" , explica David Balsells, director de la Primavera.

La presente edición cuenta con un programa abierto a todo tipo de tendencias, con un total de 170 exposiciones repartidas por 35 ciudades de la comunidad y una serie de actividades paralelas (conferencias, debates y coloquios) centradas en el análisis de la historia del medio, el coleccionismo y la enseñanza de la imagen; además, incluye un ciclo de talleres y un apartado sobre las publicaciones fotográficas -libros y catálogos-.

En tres espacios se concentran las muestras estrella de cada convocatoria: el Centre d'Art Santa Mónica (exposiciones de Joan Rabascall, Media 2000; Ton Sirera; Pere Formiguera, Cronos; todas abiertas desde hoy y hasta finales de mayo-principio de junio); el Museu Nacional d'Art de Catalunya (Historia de la fotografía en Cataluña, desde el 5 de abril hasta el 25 de junio) y la Fundación Joan Miró (Català-Roca, una nova mirada; del 11 de mayo al 9 de julio).

Tradicionalmente, al igual que otros festivales de esta naturaleza, la Primavera Fotográfica ha apostado por la diáspora, tanto como un ejercicio democrático de divulgación del medio como por vocación reivindicativa de su papel y su status en el panorama de las artes. En su contra, ello conlleva que su catálogo albergue una serie de exposiciones con un peso específico alto junto a otras -no pocas- que no lo tienen tanto.

Lo que ocurre es que, desde su puesta en marcha, han pasado 20 años y la fotografía ya no precisa de tantas tarjetas de visita con recomendación de por medio, ni de tanta exposición de motivos de autojustificación y tampoco de intentar apabullar con lo cuantitativo más que con lo cualitativo; también huelgan las sesudas introducciones que le faciliten la tarea de encontrar su lugar en el mundo, entre otras razones porque hace décadas que la fotografía está segura de sí misma.

Se ha cuestionado en más de una ocasión tanto la fórmula de esta bienal como su contenido y la adaptación a los tiempos que corren, pero lo cierto es que esta suerte de eventos sigue funcionando -cada uno a su manera-; así, el Helsinki Photography Festival (1-30 de abril), Rotterdam Photo Biennale (1 de abril-7 de mayo), Printemps de Cahors (16 de junio-2 de julio), Hungarian Photo Month (12 de mayo-16 de junio), Rencontres Internationales de la Photographie de Arlés (4-9 de julio, con exposiciones que se extienden hasta el 20 de agosto) o PhotoEspaña (14 de junio-16 de julio), Imago 2000 (15 de junio-15 de agosto).

A ellos habría que añadir los de Braga, Buenos Aires, Tenerife, Moscú, París, Colonia, Montreal, Caracas y Estocolmo. La tendencia apunta hacia la especialización -algunos la tienen ya-, la concentración de proyectos y, sobre todo, el mestizaje de los lenguajes, como el European Media Art Festival (Osnabrück, Alemania, 3-7 de mayo).

De 'Miradas impúdicas' a Català-Roca y la moda

La Primavera Fotográfica de Cataluña 2000 presenta propuestas tan dispares como la exposición Miradas impúdicas (Centro Cultural de la Fundación La Caixa; Barcelona, 13 de abril-25 de junio) o la dedicada a uno de los precursores del vanguardismo y de la narración fotográfica en España, Català-Roca (Català-Roca. Una nueva mirada; Fundación Joan Miró, Barcelona; 11 de mayo-9 de julio).

La primera analiza la desa-parición desde el punto de vista documental de los límites sociales existentes entre lo público y lo privado. Para ello, parte de un conjunto de obras que cuestionan la clásica definición de arte. Mediante diversos soportes -fotografía, video, websites-, lo privado se transforma en espectáculo público a través de la visión de artistas de diversas nacionalidades (Estados Unidos, Japón, España, Canadá, Suecia, Suráfrica, Brasil).

Entre ellos, Alicia Framis, Merry Alpern o Yurie Nagashima toman el cuerpo como protagonista de sus producciones; Todd Hido, Rochelle Costi o John Sanborn se ciñen a la casa como espacio de relación, y Adrienne Salinger, Larry Sultan o Zwelethu Mthethwa crean una estructura más compleja mezclando todos estos elementos.

Un relato

Por el contrario, en la muestra Catalá-Roca. Una nueva mirada, su comisario, Luis Revenga, no ha pretendido realizar una retrospectiva al uso, sino rescatar para la ocasión una serie de materiales de este autor (algunos de ellos jamás habían visto la luz) y construir con ellos un relato "con la finalidad de que si alguien dentro de 50 años quiere referirse a la contemporaneidad fotográfica en nuestro país tenga que hablar de él".

En una línea similar, pero desde una óptica diferente, se presentan exposiciones como Xavier Miserachs, fotógrafo (Col.legi de Periodistes de Catalunya, Barcelona; 7 de marzo-18 de abril), la antológica de Inge Morath (FNAC Triangle, Barcelona; 30 de marzo-14 de mayo); Enajenaciones, de Leopoldo Pomés (galería María José Castellví, Barcelona; 11 de abril-20 de mayo), una colección de imágenes, nuevas y antiguas, secuestradas por el fotógrafo de su propia producción, que manipula digitalmente.

Look at me. Moda y fotografía en Gran Bretaña desde 1960 hasta nuestros días (Centre de Documentació i Museu Textil, Terrassa, Barcelona; 5 de abril-28 de mayo) reúne la producción de 36 fotógrafos, entre ellos Cecil Beaton, Helmut Newton, Nick Knight o Nighel Shafran. En el Museo Nacional de Cataluña (del 5 de abril al 25 de junio) se presenta un recorrido histórico por la fotografía de creación en Cataluña.

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