Carmen Rigalt narra en un libro una historia de amores imposibles
Carmen Rigalt ha escrito su nueva novela, La mujer de agua (Planeta), partiendo de una historia real que se decidió a investigar por el simple hecho de que su protagonista se llamaba igual que ella. Después de visitar hemerotecas y bibliotecas, se encontró con el principio y el final de una historia "que va un poco más allá del amor y el desamor. Se podría decir que es una narración de amores imposibles, porque los amores posibles me aburren", dijo ayer esta periodista y escritora catalana, finalista del Premio Planeta en 1997 con Mi corazón que baila con espigas. La mujer de agua cuenta la historia de una mujer en busca del amor, pero cuya existencia está marcada por el desamor. Su marido la abandona por primera vez en la Barcelona de 1934, para buscar un futuro en América Central. La mujer espera su regreso durante año y medio, pero al no recibir noticias suyas parte en su busca hacia una ciudad imaginaria de Centroamérica, donde el color, el olor y la exuberancia del paisaje se convierten en personajes de la novela, señaló una autora que se vio obligada a hacer lo que menos le gusta de su faceta periodística, que es el reportaje. "Una razón personal me llevó a investigar, pero una vez que das el primer paso, descubres cosas que te van haciendo gracia e incorporas personajes inventados con los que te encariñas".
En cuanto a los aspectos biográficos de la novela, Rigalt reconoció que no puede evitar que "acabes contando tu propia historia". "Escribir una novela es como sentarse en el diván del psicoanalista, te dejas al descubierto", añadió la escritora, que ha intentado también en esta novela "combatir la imagen adulterada de Hispanoamérica, que nos la muestra como un Caribe Mix".
Babelia
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