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La UE apoyará las reclamaciones por el vertido al Danubio Rumania cree que la lejía mató a los peces

"Quien sea responsable de la contaminación, debería pagar. Ese es el punto de partida", advirtió ayer la comisaria europea de Medio Ambiente, Margot Wallstrom en su visita a la zona afectada por el vertido de cianuro en la cuenca del Danubio. Añadió que la Unión Europea (UE) apoyará los esfuerzos que se realicen para obtener compensación económica por el desastre, causado por una mina de oro del norte de Rumania, cuyo dueño mayoritario es una compañía australiana. Hungría y Yugoslavia ya han mostrado su disposición a demandar a los responsables de la catástrofe. En casos similares, los tribunales han establecido indemnizaciones de millones de dólares.En su visita al cauce del río Tisza, afluente del Danubio que atraviesa Hungría, la comisaria Wallstrom envió una andanada contra los responsables de la mina, que en principio negaron que hubiera pruebas de su participación en el desastre y ayer anunciaron que dentro de dos semanas tendrán listo un informe sobre lo ocurrido. La explotación, Aurul S.A., es propiedad de la compañía australiana Esmeralda Exploration (50%), el Estado rumano (45%) e inversores rumanos (5%).

Wallstrom, que calificó el vertido como "un accidente ecológico serio", anunció que nombrará un grupo internacional de trabajo para evaluar los daños. Añadió que la UE estudiará su posible ayuda económica para paliar el desastre.

La comisaria aseguró que empezará a trabajar inmediatamente en un plan preventivo que impida nuevas catástrofes similares a la causada por la fuga de 100.000 metros cúbicos de agua contaminada con cianuro y metales pesados. El accidente ocurrió el pasado 30 de enero en una mina de Baia Mare, localidad al norte de Rumania que la comisaria visitó ayer por la tarde.

Los habitantes de Baia Mare, muy habituados a los altos niveles de contaminación de la zona, no creen en los mensajes tranquilizadores de las autoridades que reducen los daños provocados en la región por el vertido de cianuro.

Demasiada lejía

Desde Bucarest se lanzó ayer una nueva hipótesis sobre el desastre. El responsable de la empresa nacional de las aguas, Petre Marinescu, aseguró que el cianuro no ha causado la gran mortandad de peces. Los científicos de su entorno la atribuyen al exceso de hipoclorito de sodio (lejía) arrojado al agua para combatir el cianuro. "Hay que echar 101 kilos de lejía para neutralizar 100 kilos de cianuro y es el exceso lo que resulta peligroso", declaró a France Presse un experto que daba por hecho que a alguien se lo habría ido la mano al echar la lejía.

Los autoridades húngaras calculan que el vertido contenía 100 toneladas de cianuro y una cantidad inferior de metales pesados (cinc, plomo y cobre, entre otros).

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