Una morena y una rubia

Podrían ser merinas o amigas de la clónica Dolly, pero no. Son churras y, además, autenticas de Madrid. Se trata de las estrellas que la Consejería de Medio Ambiente ha tenido guardadas para enriquecer, aún más, la gastronomía típica madrileña. Son la Rubia de El Molar y la Morena Colmenareña. Las dos únicas especies de ovejas que, según la Consejería de Medio Ambiente, son tan castizas como la Casta y la Susana.Pero, corren un serio peligro de extinción. Por eso la consejería ha ideado un plan para salvar ambas especies: exprimir la leche de sus ubres y crear el primer queso autóctono de la región. Ahora son propiedad de la Comunidad de Madrid pero piensa venderlas a los ganaderos de la región para que sean ellos quienes se encarguen de aumentar su reproducción, de su crianza, de la elaboración del queso y de obtener los beneficios de su venta. Lo de ser ordeñadas no les asusta, llevan bastante tiempo ofreciendo su leche para mezclarla con otras y conseguir así otros buenos quesos, tanto de Madrid como de otras regiones. Evidentemente también su carne puede hacer las delicias de los paladares más exquisitos.

De la investigación sobre la calidad de su leche y de su carne se ha encargado el Instituto Tecnológico de Desarrollo Agrario, en la finca ubicada en Valdetorres del Jarama. En este organismo aseguran que ambos productos ofrecen máximas garantías; por un lado debido a la calidad de los pastos de los que se alimentan y, además, por que son muy ricos en proteinas. También piensan crear la denominación de origen "Queso de Madrid", aunque de momento esto tendrá que esperar al año próximo.

Dicen desde la Consejería, en cuanto la procedencia de los ancestros del rebaño, que podrían haber llegaron hasta nuestros páramos procedentes del norte de la Península, pero que al intentar cruzar la región de Madrid, por otra parte noble lugar de paso trasumante, se quedaron prendadas del sabor y la calidad de los pastos serranos de El Molar y de Colmenar. Todo este invento ha sido confeccionado por Fernanda Serrano, directora gerente del Instituto de Desarrollo Agrario de la Comunidad de Madrid, e ingeniero agrónomo de profesión.

Serrano está convencida de que la única solución para salvar las dos especies de ovínidos pasa por la venta del rebaño y por buscar salida, con su carne y su leche a través del queso, en el mercado alimentario. Por eso, aprovechando las subvenciones de la Union Europea, incluidas en la Politica Agraria Común, -unos 10.000 millones de pese-tas- los únicos 1.500 ejemplares que existen en nuestra región ya han salido a la venta.

El precio de las hembras está en 12.000 pesetas y el de los machos en 20.000, pero al final ambos sexos se quedarán en 10.000 pesetas, por las ayudas de la consejería. En el caso de que no se quiera adquirir un bonito ejemplar de carnero castizo o si el susodicho no se porta como debe, la dosis de inseminación artificial (una pajuela), rondará las 100 pesetas.

El primer ordeño de la ovejas tuvo lugar la semana pasada en la finca de Valdetorres y desde Medio Ambiente se espera que las primeras piezas de queso totalmente madrileño estén listas para incluir en cualquier menú en un plazo de tres meses. El queso será semicurado. Estas primera unidades se elaborarán en la Cooperativa de Queso de Campo Real. La presentación en sociedad de los mismos se hará en la próxima edición de la Feria Agrícola de Colmenar.