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Disensiones en el hospital Joan XXIII de Tarragona tras la suspensión de funciones de dos ginecólogos

Primero fue el Sindicato de Médicos de Cataluña, que el lunes pidió responsabilidades por "la nefasta gestión del centro", ayer fue la sección sindical de Catac-CTS del hospital Joan XXIII de Tarragona la que salió a la palestra para, en un comunicado, constatar su disconformidad con la actuación de la dirección al decidir la suspensión de funciones de dos ginecólogos sin haberla comunicado previamente a la junta de personal del centro. Los dos médicos están acusados de negligencia y mala práctica profesional.El Colegio de Médicos de Tarragona decidió no tomar postura sobre la polémica, aunque ha exigido la máxima celeridad en la resolución de los trámites administrativos que afectan a los dos ginecólogos.

La sección sindical de Catac-CTS del hospital Joan XXIII, centro dependiente del Servei Català de la Salud, denunció ayer en un comunicado la actuación de la gerencia del centro al no comunicar el pasado viernes a la junta de personal la decisión de suspender de forma provisional a dos ginecólogos del centro. La resolución de suspender de sus funciones a los dos especialistas coincidió con la salida a la luz pública de una nueva denuncia judicial, ésta por neglicencia médica en la práctica de una cesárea a una mujer de 37 años que derivó en la muerte del bebé en la Unidad de Neonatología.

El comunicado de Catac es una muestra, además, de las diferencias entre el propio personal del hospital, dado que se enfrenta de forma directa con el Sindicato de Médicos, que había pedido el cese provisional de la dirección del hospital y del delegado de Sanidad en Tarragona. Catac, por su parte, sugiere que, en todo caso, de pedir la dimisión de alguien, solicitaría la de la persona que situó al gerente del hospital, Jaume Estany, en su cargo y recuerda que la suspensión provisional de los dos ginecólogos supone que éstos se vayan a casa durante un tiempo cobrando, "cuando todos soñamos con un tiempo más o menos largo de merecido descanso, pero que las condiciones socioeconómicas hacen imposible [sic]".

El Servicio de Ginecología del hospital Joan XXIII se encuentra sometido a gran presión después de la presentación de dos demandas por presunta negligencia: una referida a la muerte de una parturienta y la segunda a un cambio de bebés. Estas demandas provocaron la realización de una auditoría por parte del Departamento des Sanidad sobre el funcionamiento del servicio de Neonatología.

El hospital tratará de evitar que la vía penal o civil sobre estos asuntos continúe y, en concreto, en la cuestión de los bebés cambiados ha ofrecido a las familias llegar a un acuerdo económico para acabar de una vez con el caso.

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