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La entrada de Cascos en el Real con la ópera empezada provoca protestas

Cambreleng pide explicaciones sobre el incidente al jefe de protocolo

El gerente del Teatro Real, Juan Cambreleng, pedirá explicaciones al jefe de protocolo del coliseo madrileño, Pedro Jover, por permitir la entrada el pasado martes del vicepresidente del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos; y su esposa, Gemma Ruiz, una vez iniciada la representación de la ópera Lady Macbeth de Mtsensk, que dirige estos días en el coliseo de la Plaza de Oriente el músico ruso Mstislav Rostropovich. El Teatro Real, igual que los auditorios y teatros públicos y de prestigio, niega el acceso a la sala hasta que no concluya el acto que se esté representando, una regla que se sigue a rajatabla por el personal de estos lugares, que diariamente tienen que lidiar con grupos de rezagados en las puertas de entrada. En el caso de esta ópera, compuesta por Dimitri Shostakovich, el primer acto de la misma dura 100 minutos lo que supone tres cuartos del total, por lo que perderse el primer acto es no apreciar el espectáculo.Cascos, según fuentes del teatro, llegó al Real con 15 minutos de retraso y, como es habitual en estos casos, pasó a la sala de protocolo desde la que se puede seguir la representación por circuito cerrado de televisión. Allí se encontraban el vicepresidente y su esposa cuando el jefe de protocolo les invitó a pasar al palco que inicialmente estaba previsto que ocupasen, lo que motivó protestas por parte del público.

Un portavoz del teatro aseguró ayer que el jefe de protocolo se saltó una regla de oro por su cuenta sin contar con nadie. Cambreleng abrirá una investigación sobre lo sucedido y, una vez oidas las partes, tomará una decisión, que podría llegar hasta una sanción laboral contra el jefe de protocolo. "Este tipo de sucesos son muy dañinos para la gente que trabaja aquí", señaló el director de comunicación del centro, Tomás Martín de Vidales.

La regla de oro, expuesta claramente en el reverso de las entradas, señala que una vez comenzada la representación no se permitirá el acceso a la sala por respeto al público y a los artistas y eso incluye "desde el presidente del Gobierno a cualquier otro ciudadano", según los responsables del centro operístico madrileño. "Todo el personal del teatro está muy dolido por lo ocurrido porque desde que abrió sus puertas el coliseo de la capital diariamente mantenemos una lucha con mucha gente que llega tarde y que pretende entrar, y nunca permitimos su paso", matizó el citado portavoz.

Cascos declaró ayer a Efe, desde la localidad asturiana de Salinas, que lamentaría "que alguien pueda sentirse molesto, y espero que el asunto quede zanjado sin mayores consecuencias". Recordó que fue el jefe de protocolo quien tuvo la "deferencia" de facilitarle la entrada, "sin causar molestias a nadie". Y añadió que desconocía la norma reflejada en el dorso de la entrada, que dice que se prohíbe entrar a la sala una vez comenzada la representación. Según Efe, que cita fuentes de la vicepresidencia del Gobierno, la mujer de Cascos se encontraba en el interior de la sala antes de comenzar la representación.

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