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Fernán-Gómez ingresa hoy en la Real Academia Española

Hoy ingresa en la Real Academia Española uno de los hombres más polifacéticos del panorama artístico español: Fernando Fernán-Gómez (Lima, 1921), actor, director, escritor, dramaturgo, guionista, memorialista, y con una larga carrera llena de premios. Cuando fue elegido, en diciembre de 1998, para ocupar el sillón B, que dejó vacante al morir Emilio Alarcos, afirmó: "ignoro qué puede aportar a la docta casa una persona como yo". Esta tarde se verá cuando lea su discurso La aventura de la palabra en el siglo XX. De que le hace mucha ilusión, no hay duda, y de que se ha preparado su discurso a conciencia, tampoco. Fernán-Gómez hablará sobre la palabra oral y escrita y su evolución en el siglo XX. Se presentará a sus colegas académicos como un "cómico".

Francisco Rico, Francisco Nieva y Rafael Alvarado fueron los académicos que presentaron la candidatura de Fernando Fernán-Gómez en 1998. Afirmó entonces Rico que Fernán-Gómez "es uno de los mejores escritores de memorias, con una prosa muy personal". Alvarado destacó su "maestría al escribir artículos periodísticos" y Nieva dijo que, a su juicio, fue "su gran carrera como cineasta" lo que animó a los académicos a votarle.

"Profesión eventual"

Antes de cumplir 10 años, debutó en escena, en su colegio. La guerra civil interrumpió sus estudios de Filosofía y Letras y, acabada la contienda, entró de meritorio en la compañía de Laura Pinillos, donde le descubrió Jardiel Poncela, que le contrató para un pequeño papel en Los ladrones somos gente honrada. En 1952 dirigió su primer largometraje, Manicomio, y nueve años después publicó su primera novela, El vendedor de naranjas.

Fernán-Gómez se ha referido repetidamente a la eventualidad de su oficio. "La nuestra es una profesión eventual. Hay una inseguridad más grave todavía que la económica: es la de no saber si lo que uno está haciendo va a servirle para algo", declaró en una entrevista que le hizo Antonio Muñoz Molina.

Pero la carrera de Fernán-Gómez no ha tenido un momento de descanso: Botón de ancla, La mies es mucha, El espíritu de la colmena, Pim, pam, pum, fuego, Mamá cumple cien años, Belle Époque, El abuelo o La lengua de las mariposas son algunas de las películas que ha interpretado. Y ha dirigido, entre otras, El viaje a ninguna parte o Mambrú se fue a la guerra. Debutó como autor dramático en 1981 con Los domingos, bacanal, y en 1982 puso en escena Las bicicletas son para el verano, que luego llevó al cine Jaime Chávarri.

Este hombre a quien incomodan los elogios y al que no le molesta que digan que es políticamente incorrecto, ha recibido un montón de premios, entre ellos, el Príncipe de Asturias de las Artes y el Donostia, a su trayectoria profesional. Ha publicado también sus memorias en El tiempo amarillo y, recientemente, el libro de relatos La escena, la calle y las nubes.

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