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La guerra del plátano: unas 1.500 personas se enzarzan y golpean en la plaza de Colón por lograr gratis la fruta canaria

El plátano, alargado, dulce, amarillo y de carne blanca y aromática, no fue ayer la fruta del amor. Todo lo contrario: desencadenó una despiadada y feroz lucha entre más de 1.500 personas por conseguir gratis los 5.000 plátanos que conformaban una gran pirámide instalada en la plaza de Colón por el Patronato de Turismo de Gran Canaria con motivo de la celebración de la feria de turismo Fitur.A las cinco de la tarde, los asistentes, sobre todo jubilados y jóvenes, rompieron la cola que otros ciudadanos guardaban pacientemente desde las tres y se abalanzaron sobre la pirámide frutal, de ocho metros de altura y 5.000 kilos de peso, ubicada en los jardínes del Descubrimiento.

Parte del público se enzarzó en una guerra. Golpes y empujones. Fue la locura. Personas mayores tiradas por el suelo, abuelos que se insultaban entre sí, ancianas que trepaban por la pirámide, arañazos, pisotones, chicos que arrancaban los sistemas de sujección de la construcción, mesas tiradas, niños que se llevaban hasta cuatro bolsas rebosantes de plátanos a la carrera. Nadie hacía caso a los gritos desgarrados de los organizadores: "¡Atrás, señores, por favor, atrás, señores!".

Una septuagenaria suspiraba en medio de la avalancha: "Que me asfixian, que me asfixian". Un coetáneo clamaba: "Mi mujer, mi mujer, que me la matan". Algunos que no podían alcanzar los plátanos quitaron las gorras a las azafatas que repartían los manojos. "Casi me desnudan... Qué mal lo he pasado, sobre todo cuando han roto la fila y han pisoteado todo", dijo una de la chicas del Patronato de Turismo. "Es indignante, sobre todo, que actúe así gente tan mayor", sollozaba otra.

Los organizadores no lograban frenar la marea humana que pugnaba por llevarse gratis una docena de plátanos cuya cáscara ya empezaba a ennegrecer, ante el estupor de los responsables del Patronato de Turismo de Gran Canaria, que sólo pretendían promocionar su fruta en uno de los puntos más transitados de Madrid. "Creo que la gente se ha pasado. No lo entiendo. Tenemos plátanos de sobra para todos en Canarias", declaró Enrique Martín, presidente del Cabildo de Gran Canaria.

Emilio, uno de los guerreros de 69 años, achacaba los incidentes a la mala planificación del reparto. "Llevabámos más de dos horas esperando en fila y con mucha educación. Pero cuando han empezado a repartir los plátanos se ha roto la cola y la gente de atrás se ha lanzado a por la fruta porque ha visto que la gente se colaba".

Hasta que no llegó una docena de agentes del Cuerpo Nacional de Policía no hubo paz. Y tardaron una hora en lograrlo. Cuando recompusieron la fila, sólo quedaba una quinta parte de los plátanos. El saqueo estaba consumado. La guerra, afortunadamente, se saldó sin víctimas.

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