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EL "CASO PINOCHET"

Straw, atacado por librar a Pinochet con argucias

Las partes no podrán conocer el informe médico sobre el ex dictador para alegar sobre él

El informe médico secreto que ha utilizado el ministro del Interior británico Jack Straw para anunciar que es partidario de liberar al general Augusto Pinochet se convirtió ayer en el blanco de duras críticas contra el ministro y contra el Reino Unido. "Burla a la justicia", "ineptitud" o "incompetencia", fueron algunos de los epítetos dedicados a la actitud de Straw, quien ha adoptado su decisión basándose en un informe médico secreto al que no tendrá acceso España ni ninguna de los países que le reclama para enjuiciarle.El informe médico que ayudará al ex dictador chileno Augusto Pinochet a escapar de su extradición a España permanecerá en secreto para siempre, sugirió ayer el ministro británico. Pinochet "tiene derecho a la habitual confidencialidad del paciente y ha elegido ejercer ese derecho", declaró Straw ante la Cámara de los Comunes, en un agitado debate que subrayó la determinación del Gobierno británico de deshacerse del octogenario senador detenido en Londres hace 15 meses a instancias de la justicia española, y cuya extradición fue considerada conforme a ley el pasado 8 de octubre por el magistrado Ronald Bartle.

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Las palabras de Straw enfurecieron a quienes desean conocer los detalles del informe médico realizado el pasado 5 de enero.

Críticas de la oposición

Las reacciones se sucedieron en el día de ayer, tanto en el interior del Reino Unido como en España y en los países europeos en los que hay causas abiertas contra el exdictador chileno. Legisladores laboristas y representantes de la oposición conservadora criticaron la decisión de Straw.

Los primeros, acusaron al Gobierno de adoptar una política de doble rasero; los segundos, de haber actuado de forma vergonzosa, hipócrita e incompetente. El clamor público para conocer el informe de los médicos va a ser ignorado. Grupos defensores de los derechos humanos, organizaciones que velan por las libertades individuales y las propias víctimas de la dictadura pinochetista preparaban anoche una estrategia conjunta para emplazar al Gobierno a justificar una actitud que contrasta con declaraciones iniciales en favor de la extradición.

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Amnistía Internacional (AI) declaró ayer que la decisión de Straw "convierte la justicia en una burla" y denunció la contradicción existente en el hecho de que la acusación pueda presentar alegatos contra la medida, pero al mismo tiempo se le impida el acceso a los informes médicos. "El proceso no es transparente ni justo. La opinión médica fue evaluada en secreto por el ministro, un funcionario político, en lugar de un tribunal", añadió la organización.

Los tres países que también han solicitado la extradición de Pinochet (Suiza, Bélgica y Francia) reaccionaron ayer con cautela al anuncio de Londres y recordaron, en distinta forma, que sus demandas siguen sobre la mesa. Bélgica solicitó al Reino Unido información complementaria sobre el informe médico. El juez francés que instruye las demandas contra Pinochet en su país pidió a su Gobierno que intervenga ante Londres para que le permitan interrogar al ex dictador. Y en Suiza, el fiscal Bernard Bertossa calificó la medida británica de "hipócrita" y solicitó un "contrainforme médico".

Pero los peores calificativos provinieron de la Cámara de los Comunes. La parlamentaria conservadora Anne Widdecombe, la ministra del Interior en la sombra, acusó a Straw de actuar de manera "torpe e incompetente", dijo. "Fue precisamente usted quien ordenó la detención del senador Pinochet cuando se recuperaba en la cama de un hospital", le espetó. "Ahora le abre las puertas con una prueba de alcance conflictivo", agregó, ante el aplauso tory. "¿Tiene usted control alguno en su ministerio, alguna consistencia, alguna lógica?", remató.

España no alegará

Mientras, en casi todos los países europeos donde existen demandas judiciales contra Pinochet, los Gobiernos reaccionaron en apoyo de sus jueces. En España, país al que ya se había concedido la extradición, el ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, informó de que no procederá a hacer alegaciones, ya que considera que no hay elementos nuevos que argumentar en el caso Pinochet. En otros términos, el ministro no estima que la decisión anticipada por el ministro Straw y los exámenes médicos realizados constituyan un elemento nuevo en el caso, aun cuando ellos permitirán la liberación de Pinochet.

En una carta enviada por el Ministerio británico del Interior al Ministerio de Exteriores español, en la que se daba cuenta de la probable decisión de suspender la extradición, se señala que "cualesquiera alegaciones" que pudieran hacerse deberán ser remitidas a Londres antes de las 17:00 horas del martes 18 de enero. La carta fue enviada después al juez Baltasar Garzón.

Pero Matutes indicó ayer que la liberación del ex dictador compete al Reino Unido y que "no hay nada nuevo para alegar". Por ello, dijo, "no procede efectuar alegaciones".

El ministro británico del Interior tiene previsto, según fuentes oficiales, adoptar una decisión a finales de la próxima semana , aunque, según fuentes jurídicas, podría tardar algunos días más, a la luz de la tormenta que se ha desencadenado tras su anuncio de dejar próximamente en libertad al ex dictador. Los recursos previstos por la ley en ningún caso tienen efecto suspensivo de la puesta en libertad del ex dictador.

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