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Entrevista:CARME LAURA GIL - CONSEJERA DE ENSEÑANZA DE LA GENERALITAT DE CATALUÑA

Un agresor sexual deberá pagar el tratamiento de su víctima

La Audiencia de Barcelona ha condenado a un hombre a costear el tratamiento psicológico al que hubo de someterse su víctima, una mujer a la que robó diversos objetos de valor y amenazó con violar con un arma blanca. La medida había sido reclamada por el fiscal durante el juicio y ha sido recogida en la sentencia dictada por la Sección Décima de la Audiencia de Barcelona, que además condena a Jaime Martínez Fontanillas a tres años y ocho meses de prisión por un delito de robo con intimidación y otros 21 meses de cárcel por agresión sexual. Al margen de esas penas de prisión, el tribunal también condena al hombre a indemnizar a Cristina S.J. con 182.500 pesetas y a abonar otras 30.000 pesetas por una falta de lesiones, además de las costas.Los hechos ocurrieron la noche del 13 de febrero de 1998 en la localidad barcelonesa de Vilanova i la Geltrú, cuando el acusado obligó a la mujer con un cuchillo a que se subiera a su vehículo. Posteriormente la condujo a un descampado y le exigió los objetos de valor, pero la mujer se negó y el asaltante le robó la cartera y una cadena. Posteriormente la instó a que se bajase los pantalones, pero la mujer también se negó y el acusado amenazó con violarla. Sin embargo, la víctima pudo deshacerse de él y huir, aunque en el forcejeo sufrió unos cortes en la mano.

Días después la mujer sufrió un estado de ansiedad como consecuencia del cual necesitaba salir acompañada de su domicilio, por lo que fue atendida por un psicólogo durante cierto tiempo.La sentencia elogia la "consistencia" de la declaración de la víctima desde el primer momento.

"La educación no puede tener nunca un discurso de derechas"

Filóloga, catedrática de Latín y diputada en el Congreso, pero sobre todo una mujer dedicada en cuerpo y alma al mundo de la educación, Carme Laura Gil (1935) ha tardado siete años en volver al Departamento de Enseñanza de la Generalitat, del que salió tras la llegada del consejero Josep Maria Pujals. Durante su ausencia, la Administración catalana ha implantado la reforma educativa. Ahora le toca enfrentarse a los resultados y también a quienes quieren reformar la reforma. Con fama de progresista, su militancia en CDC, el partido de Jordi Pujol, no se consolidó hasta principios de los noventa.Pregunta. Tiene usted fama de ser de izquierdas.

Respuesta. Si es que hoy en día todavía existen las izquierdas y las derechas. La educación, en mi opinión, sólo puede tener un discurso, y es el discurso que yo he tenido siempre y el del Gobierno al que pertenezco. Si es de izquierdas, pues lo es, pero lo cierto es que la educación no puede tener nunca un discurso de derechas: no existe. Porque educación quiere decir progreso, y cuando un Gobierno apuesta por la educación, al menos de la manera en que apostamos nosotros, quiere decir que apuesta por el progreso de la persona y por el progreso de una sociedad mejor. En realidad, la educación y la política es un binomio indisociable. No sé qué puede parecer mi discurso, pero creo que es el único inteligible y es en el que yo creo, en que la educación es la herramienta privilegiada para hacer una sociedad mejor.

P. ¿Y cómo se traduce esto respecto a la dicotomía que se ha creado con la aplicación de la reforma entre la escuela pública y la privada concertada?

R. Creo que se ha hecho una apuesta muy generosa por un nuevo sistema educativo que no es seleccionador, sino integrador, respetuoso con las capacidades de cada uno. Y no diferencia la escuela por el tipo de aportación o no de fondos públicos. Creo que, seguramente desde una parte de la población educativa, se está haciendo un discurso perverso, que yo diría que entra dentro del tópico, de hacer diferenciación entre la escuela, lo cual sería hacer diferenciación en la educación, y esto no es posible.

P. ¿Qué opina de las críticas generalizadas que denuncian que la escuela privada concertada aprovecha la reforma para seleccionar su alumnado mediante prácticas sibilinas, como reconoció su predecesor?

R. Ahora estoy en el lugar del responsable, y para esta acción social de la escuela creo que no tendré ninguna oposición de ningún tipo, ni propiamente en el sector público, porque éste, por propia definición, es absolutamente plural, ni tampoco en el sector privado concertado. No tengo duda alguna de que nos sentaremos en una mesa y consideraremos que, por ejemplo, la acogida de niños y niñas de familias inmigrantes es un hecho que abordaremos entre todos, entre toda la escuela. No tengo ninguna duda de que será así. Pondremos hilo a la aguja de inmediato.

P. ¿Qué problemas ha traído la reforma?

R. El problema es que al instaurar el nuevo sistema educativo hemos pedido fe y no hemos inspirado suficiente confianza. Éste es el primero. Además, nosotros nos encontramos en un país que es el que tenemos y que viene de donde viene, y todos sabemos que cuando entró el régimen franquista castigó al profesorado autóctono de la educación pública, lo marginó, lo sacó del sistema. Todos sabemos también que no hubo inversión pública para hacer escuelas en Cataluña durante el franquismo. Cuando llegué a este departamento en 1980 había 80 o 90 institutos públicos. Ahora Cataluña tiene más de 500. Había muchísima escuela privada porque, cuando se produjo el fenómeno de la inmigración en los años sesenta, muchos maestros alquilaron pisos y empezaron a dar clases porque no podían hacerlo en escuelas públicas. Pero también había escuelas centenarias que pertenecían a órdenes confesionales: no son de hoy los jesuitas, salesianos, escolapios...

P. ¿El modelo aún es válido?

R. Sí, y creo que no podemos evaluar las distorsiones que puede haber en él, las faltas de encaje, mientras se está resituando. Además, esto no es una reforma, pero podría convertirse en una reforma, lo que sería muy triste. La LOGSE es un cambio y se necesitan unos 15 años para saber si se está o no consolidando bien. Yo creo que se consolida muy bien, aunque también pienso que hay desajustes y, que manteniendo este principio socioeducativo, algunas estrategias habrán sido erróneas y otras no.

P. ¿Qué opina de la supuesta reforma de la reforma que propone el PP?

R. Lo ha dicho muy bien porque ha dicho el PP y no el Gobierno. Creo que el PP está haciendo pruebas, sondeos públicos que le salen gratuitos, para decidir su programa de educación. El ministerio tiene un problema, se lo dije en el Congreso al ministro Mariano Rajoy hace un año. El problema es que antes tenía una capacidad de gestión territorial: gestionaba el 40% del territorio español. Y ahora gestiona cero, porque todas las comunidades tienen las competencias en educación. Tiene el grave problema de tener una máquina anquilosada, fuerte, dura, seguramente con engranajes que son como grupos de presión, acostumbrados durante un siglo -o así nos ha parecido a algunos- a gestionar la educación. Deberían reconvertirse en una oficina como sucede en otros países, como en Alemania. Pero no saben hacerlo. Y éste es el gran error y el desconcierto que pueden, además, infundir en la sociedad española: el decir que cada tres o cuatro años se pueden ir cambiando los planes de estudios.

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