Las razones de socialistas y populares
La Diputación de Guipúzcoa no ha conseguido, tras más de un mes de negociaciones, que la oposición apoye sus presupuestos. De nada le han servido al equipo de Román Sudupe las decenas de conversaciones con EH, a la que se habían hecho importantes concesiones en el proyecto presupuestario. La negativa del gobierno de PNV-EA a aumentar de forma inmediata en 271 millones de pesetas las pensiones no contributivas impidió ayer mismo, en pleno debate de las cuentas, el acuerdo nacionalista. Sudupe lamentó la decisión de una oposición que "ha unido sus fuerzas para provocar inestabilidad". El diputado general tendrá ahora que prorrogar los presupuestos de este año, con 1.912 millones menos para la gestión propia.
Socialistas y populares presenciaron ayer casi como convidados de piedra un debate en el que sus enmiendas a la totalidad fueron escasamente analizadas por la coalición de gobierno. El portavoz del PSE, Guillermo Echenique, criticó el proyecto gubernamental "por no dar soluciones a los problemas del desempleo juvenil, los peajes de las autopistas y la financiación de las carreteras". Abogó por la elaboración de un programa de lucha contra el paro entre los jóvenes y de inserción laboral para los mayores de 40 años.Echenique aludió al desequilibrio entre las comarcas y dijo que el proyecto de recuperación de la Bahía de Pasaia no pasa de ser "una mera adición de distintas actuaciones". A su juicio, la problemática de esta zona depauperada necesita de "un gran proyecto en el que haya una combinación de desarrollo económico, social y cultural". Además, dijo que el gasto social "se incrementa por debajo del presupuesto" y por lo tanto "es regresivo" con respecto a las cuentas forales de 1999.
El portavoz socialista señaló que en el proyecto no da "una solución satisfactoria a la intermodal en el área del Bajo Bidasoa" y advirtió de que en Guipúzcoa sigue sin existir un "proyecto de aparcamientos para camiones".
Nacionalistas o no
Iñigo Manrique, portavoz del Partido Popular, criticó en su intervención el proyecto por "su desequilibrio al primar las inversiones en carreteras sobre otros departamentos". Acusó a Román Sudupe de poner a Guipúzcoa "en manos de la radicalidad", en referencia a EH y dijo que "para la coalición nacionalista es más importante la construcción nacional que el progreso". Añadió que para "su nacionalismo es más importante la idea, el hecho de ser soberano, que el modo en que los vascos podamos convivir". Manrique ironizó: "Mientras el PNV todavía habla de gudaris y de batallones, otros cambiamos de milenio".
Los junteros de Euskal Herritarrok se levantaron de sus escaños y desplegaron pancartas en las que se reclamaba el traslado de los presos de ETA al País Vasco. Los procuradores del PP y algunos socialistas abandonaron la sala mientras los miembros de EH escenificaban su protesta durante un minuto. Los junteros de PNV y EA no se movieron.
Manrique continuó con su exposición criticando el acercamiento de Sudupe a EH. "Prefiere la aventura, en vez de un marco político-institucional solvente". Justificó su rechazo a los presupuestos porque "los guipuzcoanos se merecen más atención que el nacionalismo y porque su política deja mucho que desear. Con los radicales su andadura política se extingue a pasos agigantados".
EH fuerza a Sudupe a prorrogar las cuentas de Guipúzcoa por un desacuerdo sobre pensiones
El acuerdo que fue posible in extremis en Vizcaya, cerrado verbalmente en los pasillos de las Juntas entre PNV-EA y EH cuando se discutía el presupuesto, no lo ha sido en Guipúzcoa, la segunda diputación que se va a ver obligada a prorrogar sus cuentas.El grupo de EH puso una condición que el equipo de gobierno de Sudupe no estaba dispuesto a aceptar: que las pensiones no contributivas superasen de forma inmediata la barrera de las 50.000 pesetas mensuales y que ésta cantidad se abonase en 14 pagas. Eso suponía un incremento de 271 millones de pesetas sobre el presupuesto presentado, que asciende globalmente a 434.000 millones, de ellos 77.234 de gestión propia.
El acuerdo fue imposible pese a las intensas negociaciones de última hora y el proyecto fue devuelto al equipo de gobierno. Tan sólo contó en la votación general (se habían presentado tres enmiendas a la totalidad, de EH, el PP y los socialistas) con los 19 votos favorables de los partidos de gobierno, frente a los 28 en contra de toda la oposición. Se registraron dos votos nulos.
Los abertzales reclamaban que el acuerdo sobre las pensiones se plasmase por escrito y para ello mostraron un documento que recogía su demanda a falta de ser rubricado por PNV y EA. El gesto no fue bien aceptado por el Gobierno foral que, sin embargo, intentó reconducir la situación y lograr un cambio en la posición de EH hasta el mismo momento de la votación. La coalición de gobierno entregó a los junteros de EH un texto en el que figuraba el compromiso de una partida de 271 millones destinada a las pensiones no contributivas. Pero su aplicación se condicionaba al debate sobre la Carta de Derechos Sociales que tiene previsto celebrar el parlamento de Vitoria en el mes de febrero.
No fue suficiente para EH, para la que no era el momento de "aparcar la adopción de soluciones". "Si quieren acuerdo, acepten nuestra propuesta", advirtió el portavoz de la formación, Xabier Olano. La falta de consenso dejó en agua de borrajas el principio de acuerdo que el equipo de gobierno foral y EH habían suscrito hace unas semanas.
Sin dinero para Udalbiltza
En esas conversaciones previas se habían consensuado acuerdos puntuales, como destinar una partida de 64 millones de pesetas a Udalbitza, la asociación de municipios nacionalistas, e incrementar en 350 millones de pesetas el gasto destinado al euskera. Ninguna de estas cuestiones se materializará por el momento.
La prórroga presupuestaria obligará al equipo de Sudupe, dada su situación minoritaria, a negociar todas las nuevas partidas con la oposición.
Sudupe se mostró muy crítico con quienes se han negado a prestarle el apoyo. "Desde nuestra óptica", dijo tras la votación, "ha faltado voluntad y madurez política por parte de Euskal Herritarrok". El diputado general achacó la postura de esta formación a una "falta de cultura política a la hora de entender que en una negociación todas las partes deben tener clara la voluntad de ceder en algo y que el pretender imponer dogmas inamovibles es cerrar la puerta al acuerdo".
Sudupe apeló al carácter nacionalista de EH y advirtió que las mejoras planteadas en las cuentas forales eran "construcción nacional de la buena, de la que viven y sienten los ciudadanos en su vida cotidiana. A eso EH ha dicho que no".
No menos duras fueron las palabras que dirigió a socialistas y populares, que, a su juicio, se "encasillan en una política frentista de ver lizarras por todas partes o se agarran a enmiendas maximalistas e irrealizables que no translucen sino demagogia".
El diputado general recalcó que la no aprobación de los presupuestos "significa la paralización de 17.000 millones de pesetas" y acusó a EH de pretender "forzar la situación" para obligar a poner una pauta para el debate sobre la Carta de Derechos Sociales. Sudupe agregó que no es la primera vez que el equipo de gobierno foral se enfrenta a una legislatura en minoría. "Aunque hay que hacer más esfuerzos", manifestó, "intentaremos lograr lo mejor para los guipuzcoanos".
Xabier Olano le replicó con los esfuerzos que ha hecho su grupo en busca de un consenso. Sin embargo, dejó abiertas las puertas a negociaciones futuras. "Tendrá que haber reuniones y muchas horas de trabajo hasta conseguir un acuerdo". Las cuentas rechazadas incrementaban en un 30% el capítulo destinado a la inversión.
La falta de acuerdo frustra la subida de las ayudas no contributivas hasta un 87%
Los cerca de 5.000 beneficiarios de pensiones no contributivas de Guipúzcoa, ajenos al debate político que se estaba celebrando ayer en el Parlamento provincial, tendrán que esperar al próximo mes de febrero para comprobar si los partidos políticos se ponen de acuerdo en subir o no su asignación mensual y en cifrar una cantidad que les satisfaga a todos. El equipo de gobierno foral proponía conceder 14 pagas de 46.633 pesetas a los beneficiarios del Fondo de Bienestar Social, de la LISMI y de las pensiones no contributivas, un incremento del 87% en los dos primeros casos y de un 22,48% en los dos últimos. Las asignaciones a este tipo de prestaciones permanecían congeladas desde 1991.
Las 14 pagas del salario social que Euskal Herritarrok planteaba son las mismas que permitieron a última hora desbloquear la negociación en Vizcaya y que los presupuestos de este territorio fuesen aprobados por la mayoría nacionalista el pasado día 23.
El equipo de gobierno que encabeza Román Sudupe planteó el pasado mes de octubre esa espectacular subida de las pensiones, una decisión que motivo de inmediato el anuncio del Gobierno central de que la recurriría en los tribunales si llegaba a ser aprobada. Un trámite que ahora se ahorrará el Ejecutivo de José María Aznar. Incluso el Parlamento de Vitoria planteó, con el voto del PNV y de Eusko Alkartasuna, que el incremento general sea inferior al propuesto en Guipúzcoa.
La cantidad que se abonaría, según los cálculos del Parlamento vasco, a los receptores de este tipo de prestaciones sería de 12 pagas de 46.133 pesetas y otras dos de 40.255. La propuesta guipuzcoana iba más allá al plantear una subida generalizada de las pensiones no contributivas sin exigir ningún requisito e independientemente de la edad de los receptores. Con la iniciativa planteada por el Parlamento, el 20% de los pobres de Guipúzcoa se quedaría al margen de estas medidas.
En el País Vasco existen aproximadamente 11.000 ciudadanos perceptores de pensiones no contributivas, la mayoría de ellos, mayores de 65 años. Unos 5.000 viven en Guipúzcoa dependiendo de la asignación que les concede la institución foral. Cerca de 3.000 familias malviven con un subsidio de 37.960 pesetas al mes y el resto no llega a percibir ni tan siquiera 25.000 pesetas.
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