Buscar las causas y aplicar soluciones

El plan de prevención del estrés del Instituto Municipal de Salud Pública de Barcelona se ha aplicado en dos centros públicos y dos privados. Ricard Armengol, gerente de este organismo, destaca que el éxito del proyecto depende del grado de participación del colectivo docente. El responsable del área de Salud Laboral del instituto, Salvador Montcada, subraya que una de las causas de estrés entre los docentes es precisamente la falta de participación en la toma de decisiones del centro escolar. Para poder detectar las causas del estrés, que pueden variar de un centro a otro, se plantea un cuestionario con 36 posibles respuestas que permiten identificar las tres causas más importantes de estrés, su grado de severidad y el porcentaje de personas que creen que el estrés repercute sobre su salud y su rendimiento.

Después de conocer las causas, deben definirse las posibles soluciones. Por ejemplo, en el caso de falta de motivación de los alumnos, el manual recomienda tres medidas: sesiones de formación para que los docentes puedan desarrollar habilidades sobre la forma de motivar a los alumnos; asesoramiento de un psicólogo o de un pedagogo, y establecer un sistema de recompensas para los alumnos que trabajan más en clase. Los autores del manual indican que éstas son sólo algunas de las posibles soluciones y que los propios afectados pueden aportar otras.

Los centros pueden establecer programas para aumentar los recursos individuales frente al estrés. En este contexto, según Montcada, se han mostrado efectivos los programas de promoción de la salud, de asistencia a los docentes, así como los de formación pedagógica.

El director del IES Poblenou, en Barcelona, Ferran Moreno, uno de los miembros del equipo que aplica el plan de prevención, considera positiva la iniciativa: "Es un instrumento que hacía falta en el centro". Moreno advierte, sin embargo, que sin la participación de la Administración educativa, será difícil mantener de forma continuada el programa contra el estrés. Cree que la aplicación del proyecto depende excesivamente del voluntarismo del profesorado. Eso significará que su resultado será desigual, pues en unos centros los docentes se implicarán más y en otros menos. En opinión de Moreno, la Administración debería crear una comisión de salud laboral y dotarla de los recursos necesarios. Uno de los obstáculos para poder aplicar el programa es la falta de tiempo de los docentes. Precisamente los más necesitados son los que más sobrecarga laboral soportan. Pese a estas limitaciones, Moreno valora muy positivamente la iniciativa: "El estrés se nota no sólo en el absentismo, sino en el clima de malestar que vive el centro. En nuestro caso, hemos notado claramente la mejora que supone el programa".