La depresión, segunda causa de baja en los docentes

La depresión es la segunda enfermedad más común entre los docentes, según demuestran los datos sobre bajas laborales del Ministerio de Educación y del Departamento de Enseñanza de la Generalitat de Cataluña. En el curso 1997-1998, un total de l.623 docentes pertenecientes al territorio gestionado por el Ministerio de Educación estuvieron de baja por depresión. Los datos de la Generalitat, aunque pertenecen al curso anterior, coinciden en la misma dirección. De los 496.062 días de baja que tomaron los docentes catalanes, el 22,7% fueron por causa mental, fundamentalmente depresión. Los datos indican que esta patología, directamente relacionada con el estrés, mantiene en los últimos años un crecimiento sostenido entre los enseñantes.

Pese a que disminuye el número total de bajas por enfermedad, el de depresiones sigue aumentando, incluso en términos absolutos: en el curso 1997-98 estuvieron de baja por depresión 57 docentes más que el curso anterior.La depresión de los docentes está directamente relacionada, según los especialistas, con el estrés, pero éste no se manifiesta sólo en esta patología. Por eso, el número de bajas por depresión no debe tomarse como una medida sobre el grado de estrés que soportan los docentes, sino sólo como un indicador porque el estrés también puede provocar otros efectos físicos y no siempre se ve reflejado en el número de bajas, según Luis Folch, profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona. Folch indica que hay muchas personas con estrés a quienes no se ha diagnosticado depresión y otras que no se atreven a pedir la baja.

Ante la magnitud de este problema, el Instituto Municipal de Salud Pública (IMSP) del Ayuntamiento de Barcelona ha elaborado el Manual de prevención del estrés en la enseñanza secundaria, el primero de estas características que se elabora en Europa y que ya se ha ensayado en cuatro centros de Barcelona. El proyecto, financiado por la Unión Europea, es el resultado de un trabajo conjunto entre el IMSP y dos centros extranjeros: el NIA-TNO, de Holanda, y el Work Research Centre, de Irlanda.

Desbordados

El proyecto tiene como objetivo eliminar o reducir las causas de estrés relacionadas con la organización de la tarea docente y mejorar así la salud del profesorado y su satisfacción laboral, teniendo en cuenta que los indicadores del estrés no son sólo el absentismo laboral, sino también la falta de motivación y el bajo rendimiento. Según indica la documentación del proyecto, el estrés es un fenómeno natural que en sí mismo no es negativo. Se convierte en un problema para la salud "cuando las personas nos encontramos sobreestimuladas o desbordadas por las situaciones. Este desbordamiento llega cuando percibimos que no tenemos la capacidad para dar respuesta a las demandas; si esto dura mucho tiempo o es muy intenso, aparecen las respuestas negativas típicas: síntomas físicos, angustia, depresión, agotamiento, descenso de la autoestima, etcétera".

El estrés puede tener manifestaciones psicológicas, como ansiedad, depresión o irritabilidad, pero también efectos físicos a largo plazo, como trastornos cardiovasculares, úlceras y problemas gástricos, dolores musculares y problemas dermatológicos. Y puede causar también un incremento del consumo de alcohol, tabaquismo o un aumento de los conflictos personales.

Estudios recientes indican que el estrés puede aumentar en los próximos años, especialmente en la etapa de educación secundaria obligatoria (ESO). Un trabajo del departamento de Pedagogía de la Universidad de Lleida indica que si al profesorado de ESO no se le capacita para poder sentirse competente y a la vez se le culpabiliza del creciente fracaso de los alumnos, "es muy probable que en los próximos años asistamos a un incremento significativo de la ansiedad y del malestar docente, e incluso de casos de orientación claramente depresiva".

El hecho de iniciar el programa de prevención en centros de secundaria no ha sido casual. "Es en este tramo educativo donde los profesores tienen menos instrumentos para comunicarse con el alumno, que pasa por una etapa decisiva en su vida: la adolescencia", explica el gerente del IMSP, Ricard Armengol. En este sentido, el jefe de servicios de Salud Laboral de IMSP, Salvador Moncada, añade que "en las licenciaturas deberían enseñarse habilidades sociales a los futuros profesores para que tengan los recursos necesarios para trabajar con adolescentes".

Otro estudio realizado por el profesor y técnico en prevención de riesgos laborales Isidre Rabadà demuestra que el estrés es mayor en los docentes de secundaria que en los de primaria. La causa, según las respuestas de los 50 docentes entrevistados, es que existe una mayor relación afectiva entre maestro y alumno en la escuela primaria, mientras que en la de secundaria esta relación es menor, debido a los cambios que comporta la adolescencia. Una de las conclusiones del estudio es que esta etapa es problemática en sí misma, ya que en ella el adolescente empieza a afirmarse como persona, mientras va perdiendo respeto por la autoridad del profesor. El estudio cita la desmotivación de los alumnos como la principal causa de estrés entre el profesorado de secundaria. La segunda causa es la falta de colaboración entre los compañeros del centro y la tercera los problemas disciplinarios. Todos los expertos consultados aseguran que el problema del estrés no es individual, sino colectivo. Desde el IMSP, se remarca que a veces el estrés es percibido como un problema individual y a menudo se considera inherente a una cierta debilidad personal. Pero no es así. Para el IMSP, "los profesores y el equipo directivo deberían ser conscientes de la naturaleza del estrés relacionado con las condiciones de trabajo y aprender a hablar de este tema de forma abierta. El hecho de saber que uno no es la única persona que padece estrés puede ser uno de los primeros pasos para reducirlo y prevenirlo".