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El petrolero 'Erika' se hunde a 70 kilómetros de la costa bretona

Entre 4.000 y 8.000 toneladas de crudo se han vertido al mar

La popa del Erika, el petrolero maltés que se partió en dos el domingo, se hundió ayer a 70 kilómetros de la costa de la Bretaña francesa, mientras un remolcador de la Marina intentaba arrastrarla mar adentro para trasvasar el crudo -el Erika llevaba 30.000 toneladas- a otro barco. La proa del petrolero ya se había hundido el domingo por la noche. Entre 4.000 y 8.000 toneladas de crudo se han vertido al mar, según fuentes oficiales.

"Nuestros equipos no detectaron problema alguno mientras llenaban los depósitos del Erika", declaró ayer un portavoz de la compañía TotalFina, sociedad que había fletado el navío, para desmentir la versión según la cual el Erika debía acudir al puerto de Saint Nazaire para revisar unas estructuras frágiles. "El barco tenía 25 años, una edad que no es exagerada para un petrolero, pues la edad media de los que circulan se sitúa entre los 18 y los 20", dijo el portavoz.Oficialmente, en el plazo de un año, el Erika había sido controlado en Odesa por la autoridades rusas, en Dunkerque por los técnicos de TotalFina y en Génova por el Registro Italiano Navale (RINA). "Y hace 15 días había sido declarado apto para el servicio por tres compañías petroleras, entre ellas la española REPSOL", según TotalFina.

Lo cierto es que la estructura del barco no resistió el oleaje atlántico y los vientos de 100 kilómetros por hora y se partió en dos a unos 70 kilómetros de la costa, frente a la punta de Penmarc"h, entre los puertos de Brest y Quimper. La proa se hundió el domingo en una zona de profundidad moderada (120 metros), sin haber liberado, ni mucho menos, todo el crudo que transportaba.

"Se trata de una materia espesa y densa, que puede acabar escapando de los depósitos y esparciéndose por unos fondos muy ricos en pesca", ha dicho el prefecto marítimo de la región. "De momento, el oleaje hace imposible servirse de las barreras anticontaminación o recurrir al bombeado del crudo" añadió, al tiempo que intentaba tranquilizar a los bretones al afirmar que "no hay peligro inmediato de contaminación para las costas francesas, porque el crudo, muy fragmentado por el oleaje, tiende a desplazarse paralelamente a las costas, sin acercarse a ellas".

"El Erika transportaba 30.884 toneladas de fuel pesado con destino Livorno" precisaron en TotalFina. La cantidad equivale apenas a un 10% de la del Amoco Cádiz, petrolero hundido hace 20 años en la misma zona y que causó grandes daños a una zona pesquera y turística. "El combustible del Erika es menos tóxico que aquél", explicaba un experto en contaminación de aguas.

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