_
_
_
_

600 millones de menores de todo el mundo viven en la más absoluta pobreza

El informe anual de Unicef cifra en 1,2 millones los niños infectados por el sida

Amaya Iríbar

La mitad de los 1.200 millones de personas que vive por debajo del umbral de pobreza no ha cumplido aún los 18 años. A esos 600 millones de niños hay que sumar los 8.500 que cada día contraen el sida y los millones que se convierten en víctimas de la guerra, para acercarse al panorama desolador que dibuja el informe anual de Unicef sobre el Estado Mundial de la Infancia, presentado ayer en todo el mundo. Para esta organización de la ONU, la única forma de mejorar el porvenir de la infancia es un compromiso internacional que implique a todos los sectores sociales.

De los 6.000 millones de habitantes del mundo, 2.100 no son todavía mayores de edad. Su futuro depende, según Unicef, de un nuevo "liderazgo mundial" que impulse un compromiso en favor de la infancia para hacer realidad la Convención de los Derechos del Niño, aprobada en 1989, explicó la directora general de Unicef, Carol Bellamy, quien presentó el informe en Berlín (Alemania) escoltada por el presidente alemán, Johannes Rau, informa Efe.El objetivo es acabar, o al menos paliar, algunas situaciones que Unicef considera evitables pero que la acción política de los gobiernos no ha logrado superar. Es el caso de la pobreza. Seiscientos millones de niños crecen en situación de absoluta pobreza en todo el mundo (28% de los menores, frente al 20% de la población general), una cifra que, según la organización, ha crecido en los últimos 20 años a un ritmo similar al de la economía mundial y que resulta "inaceptable", en palabras de la directora de la Oficina de Evaluación Política y Prevención de Unicef en Nueva York, la portuguesa Marta Santos, quien acompañó al presidente del comité español de la organización, Joaquín Ruiz-Giménez; al presidente de la Audiencia Nacional, Clemente Auger, y al consejero de Educación andaluz, Manuel Pezzi, en la presentación del informe en Madrid.

Pero la pobreza no sólo la sufren los países en vías de desarrollo. Unicef calcula que el 26,3% de los niños estadounidenses sufre esta lacra -viven en familias con ingresos inferiores a la mitad de la media del país-, así como el 21,3% de los británicos o el 21,2% de los italianos. Los españoles alcanzan el 13,1%.

Esa pobreza se ve agravada en el caso de las niñas, quienes no sólo sufren la falta de recursos sino que además son discriminadas en "todos los sectores de la sociedad de todos los países", asegura el informe.

El futuro de África

En el continente africano la pobreza, más generalizada y más extrema, va de la mano de la enfermedad. El sida se ha convertido en la primera causa de muerte al sur del Sáhara y en los países más pobres ha alcanzado tasas epidémicas -Malaui (14,9%), Mozambique (14,2%) y Ruanda (12,8%) son buen ejemplo- y condiciona el futuro del continente.

El sida es una amenaza sangrante para los menores en todo el mundo. El informe calcula que 1,2 millones de niños y jóvenes padecen la enfermedad, que se ha cebado en África. Allí ha causado más muertes que las guerras en 1998, subraya el informe (los conflictos armados acabaron entonces con 200.000 africanos, mientras dos millones fallecían por el sida). Esta situación afecta sobremanera a los menores (la mitad de la población del continente): unos caen víctimas de la enfermedad -en todo el mundo murieron 510.000 niños en 1998- y otros quedan huérfanos por la misma causa. Más de 11 millones de menores de 15 años (el 95% de ellos del África subsahariana) han perdido a su madre o a ambos progenitores por el sida, según el organismo de la ONU que lucha contra la enfermedad.

Además, 30.500 niños en todo el planeta mueren antes de cumplir los cinco años por causas evitables, asegura el informe, si bien reconoce que la tasa de mortalidad infantil se ha reducido de forma considerable en las últimas décadas y 250 millones de pequeños entre 5 y 14 años trabajan en los países pobres. Eso sin contar con los que son víctimas de la guerra.

Los conflictos armados obligan hoy a empuñar las armas a 300.000 menores y las 30 guerras que se han librado en esta década -en Yugoslavia, Sierra Leona, Angola o Chechenia, por ejemplo- han llevado al ataúd a más dos millones de niños, causado otros seis millones de heridos graves, dejado huérfanos a un millón más y obligado a abandonar sus hogares a 15 millones. Unicef subraya el cambio de blanco que supone el que el 90% de las víctimas de los conflictos armados sean hoy mujeres y niños.

Estas cifras resultan más escalofriantes si se tiene en cuenta que la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada hace 10 años y que prohíbe estas prácticas, ha sido aceptada por 191 países (sólo EEUU y Somalia no lo han ratificado aún). Para Unicef estos tres retos -guerras, sida y pobreza- exigen un esfuerzo global de inversión. Incluido el perdón de la deuda externa y la inversión del 0,7% del Producto Interior Bruto de los países desarrollados en cooperación. Sobre todo en servicios sociales y en educación, que es "la mejor vacuna", por ejemplo, para prevenir el sida, subrayó Santos. 130 millones de menores, en su mayoría niñas, no acuden a la escuela.

La dureza del informe no impide a la ONU reconocer los avances logrados en reducir la tasa de mortalidad infantil o la generalización de las vacunas, que ya alcanzan al 80% de la población; la reforma legal que ha llevado a un gran número de países a reconocer a los menores como sujetos de derechos o los avances en la escolarización

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_