Caballero Bonald, propuesto nuevo académico de la Española

José Manuel Caballero Bonald rechazó en 1995 ser candidato a la Real Academia Española. Sus motivos: "Mi persevarante deseo de no competir con ningún compañero". Ya había sido propuesto en 1986 y tampoco entró. A la tercera va la vencida, casi seguro. Ayer fue propuesto por Francisco Ayala, Carlos Bousoño y Alonso Zamora Vicente para ocupar el sillón que dejó vacante al morir Gonzalo Torrente Ballester.

En la sesión de la Academia del próximo jueves se leerá el elogio del candidato y el 16 de diciembre se votará. Ha sido la única candidatura presentada y se da por seguro que el resultado será positivo: José Manuel Caballero Bonald (Jerez de la Frontera, 1926) será el nuevo inquilino del sillón E, que ocupó hasta su muerte, el 27 de enero de 1999, el escritor gallego Gonzalo Torrente Ballester.A Caballero Bonald no le apetece hablar del tema, pero sus amigos saben que le hace mucha ilusión. En posesión de tres premios de la Crítica (en 1959, por Las horas muertas; en 1975, por Ágata ojo de gato, y en 1978, por Descrédito del héroe); en posesión del primer Premio Biblioteca Breve (Dos días de septiembre, 1961), del Ateneo de Sevilla (Toda la noche oyeron pasar pájaros, 1981), del Plaza & Janés (En la casa del padre, 1988) y premio Andalucía de las Letras (1994), entre otras distinciones, el escritor andaluz comparte el entusiasmo de tantos de sus colegas por el trabajo a favor del idioma en la Real Academia Española.

Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Sevilla,con estudios de Náutica y Astronomía, poeta, novelista y ensayista, José Manuel Caballero Bonald publicó su primera obra, Las adivinaciones, en 1952, que le sitúa desde el primer momento en el grupo poético de los años cincuenta, que se articuló en Barcelona en torno a figuras como Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, Josep Maria Castellet o José Agustín Goytisolo, y al que también pertenece, con la misma pasión que Caballero, el poeta asturiano Ángel González.

Entre sus ensayos cabe citar Notas sobre el cante andaluz (1953), El baile andaluz (1956), Cádiz, Jerez y los Puertos (1964), Narrativa cubana de la revolución (1968), Luces y sombras del flamenco (1975) y Luis Góngora: poesía (1982).

En 1995, Caballero Bonald publicó el primer volumen de sus memorias,Tiempo de guerras perdidas (Anagrama). En él relata, a menudo en clave de recuerdos novelados, su infancia en Jerez de la Frontera, su adolescencia y primera juventud hasta que, en 1952, a los 26 años, llega a Madrid.

El escritor, que acaba de sacar el poemario Poesía amatoria (Renacimiento), un recorrido por las periferias desoladas del amor, publicó en 1998, después de 13 años de silencio poético, Diario de Argónida (Tusquets), una reflexión sobre el paso del tiempo, situada en su paisaje soñado del Coto de Doñana, al que se refiere con el toponímico ficticio literario de Argónida.