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LA LÍRICA SALE A ESCENA

200 especialistas analizan en Madrid el presente y la historia de la ópera española

Un congreso internacional reivindica el repertorio hispano mientras se estrenan nuevos títulos

La sede madrileña de la SGAE fue ayer el escenario donde se reunieron unos 200 especialistas y estudiantes de musicología para pasar revista a cuatro siglos de historia del teatro musical en España. Zarzuela, género chico y revista aparte, el centro de los debates es, hasta el próximo 3 de diciembre, la ópera española, un término inquietante por poco utilizado y que preocupa mucho a los especialistas, españoles y extranjeros, por varios motivos. El primero, la falta de atención proverbial que se ha dedicado al género, una carencia que este congreso ayudará desde luego a resolver: desde ayer y hasta el viernes habrá más de 30 ponencias de profesores de todo el mundo, desde Hong Kong a Michigan, Florencia, Londres, Barcelona, Madrid o Zaragoza.Según dijo en la apertura de las sesiones el profesor Emilio Casares, que organiza el congreso La ópera en España e Hispanoamérica. Una creación propia desde el Instituto Complutense de Ciencias Musicales, se trata de reivindicar un legado "desastrosamente maltratado" y que permanece aún sin investigar o editar convenientemente.

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De ese repertorio, Casares cree que saldrían al menos 30 obras de autores como Chapí, Albéniz, Bretón, Gomis, Arrieta, Conrado del Campo, Martín y Soler o Del Poppolo García, "muchos de ellos compositores de primera fila que en cada momento histórico supieron ponerse a la altura del teatro musical europeo".

Salir al mercado

Casares es un verdadero entusiasta de la ópera española y se confiesa "emocionado" por el estreno casi simultáneo estos días de La púrpura de la rosa (la primera ópera hispanoamericana, con libreto de Calderón y música de Torrejón y Velasco) en el Teatro de la Zarzuela, y el de Margarita la tornera, obra de Ruperto Chapí, en el Teatro Real.Pero eso no basta, dice el organizador del congreso, que ayer se mostraba "desbordado" por la asistencia de estudiantes a las sesiones (lo cierto es que el auditorio Manuel de Falla estaba a rebosar). Casares pide que la tarea de estudio y selección que se haga estos días vaya acompañada por la "presencia sistemática y en mejores condiciones" de la lírica española en los teatros estables (Liceo, Real, Bilbao, Sevilla...), y por la salida al mercado discográfico de las obras españolas y latinoamericanas que se van recuperando.

Ése es el muy reciente caso del Merlín, ópera inglesa de Albéniz, o de los once discos compactos que el equipo del investigador argentino y gran especialista en música boliviana, Gabriel Garrido (director a su vez de La púrpura...), ha rescatado ya para el público especializado. Un público creciente al que Casares encuentra "hastiado ya de comprar y escuchar siempre el mismo repertorio, harto de comprarse versiones y más versiones de La Traviata".

El objetivo de aumentar el prestigio de la ópera hecha en Hispanoamérica y España parece un fin común indudable de todos los participantes, pero no obsta para que haya voces que matizan una visión extremadamante nacionalista. Gente que no cree que el españolismo de textos y partituras sea una virtud per se. O que dudan incluso si es un hecho.

Voces como las de Juan José Carreras, por ejemplo, joven profesor "filoitaliano" que da clase en la Universidad de Zaragoza y que sostiene que en la ópera no conviene hablar de un "nacionalismo esencialista y excluyente".

Carreras, que habla esta mañana de La ópera de Corte entre 1738 y 1759, subraya que la circulación de música, textos, cantantes, ideas e influencias fue el gran fenómeno del siglo XVIII. Y añade que hay que enfrentarse a ese pasado riquísimo y variable con visión crítica y europeísta, elogiando lo bastardo y lo mestizo, sin creer en identidades unívocas y pensando que lo nacional no implica negar lo internacional: "La invasión italiana nos modernizó y nos dio un vocabulario común".

También Eduardo Bautista, el presidente del consejo de dirección de la SGAE, incide en el carácter multinacional de la ópera como género, y en su condición de motor cultural muy alejado de la presunta decadencia que le achacan cuando destaca que la ópera es un rico elemento vertebrador, y que a través de ella "llegan a España los diferentes movimientos musicales europeos: desde el primer romanticismo de Rossini hasta los lenguajes de Meyerbeer, Wagner, nacionalismo, verismo e impresionismo".

Dividido en cinco sesiones, el congreso va a analizar cronológicamente la creación operística en España desde el siglo XVII al XXI. Y en doble turno. Por las mañanas habrá sesiones oficiales, y por la tarde, debates con aficionados y profesionales. Hoy, a las 17.00, en la calle Fernando VI, 4, hablan, entre otros, Lluís Pasqual, Eduardo Arroyo y Emilio Sagi.

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