España ya ha gastado 150.000 millones en prepararse para el 'efecto 2000'

La revisión de programas informáticos para evitar el efecto 2000 ya ha costado a España 150.000 millones de pesetas: 70.000 millones gastados por las administraciones, y otros 80.000 por el sector privado. El vicepresidente del Gobierno Francisco Álvarez Cascos, responsable de evitar el colapso informático, aseguró ayer que el esfuerzo presupuestario garantizará que el cambio de año transcurra con normalidad.

El Gobierno está cada día más seguro de que ninguna casa española se quedará sin agua, por ejemplo, a causa del temido fallo informático, provocado por la incapacidad de algunos programas para distinguir el 1 de enero del 2000 de la misma fecha de 1900. Los responsables de los sectores críticos -sanidad, energía, servicios financieros, transporte, telecomunicaciones, distribucion de alimentos y seguridad- ultiman estos días sus planes de emergencia para el cambio de año.El aeropuerto de Barajas (Madrid), los bancos, las oficinas de la Seguridad Social o, ayer mismo, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, entre otros, han llevado a cabo simulacros, poniendo sus equipos informáticos a 31 de diciembre y comprobando en todos los casos que nada pasaba. Y cada ministerio responsable ha asegurado que los equipos que pudieran verse afectados ya han sido revisados y, en su caso, adaptados o sustituidos. La Administración central ha desembolsado unos 40.000 millones de pesetas, y las comunidades autónomas y los ayuntamientos, otros 30.000 millones, según el Ministerio de Administraciones Públicas. El sector privado ha gastado 80.000 millones, según la Asociación Española de Empresas de Tecnología Informática.

La mayor incógnita es el pequeño comercio y la distribución. El último dato del sector asegura que más del 20% no ha abordado el problema.

El Gobierno dará el último paso el 3 de diciembre. Ese día, el Consejo de Ministros tiene previsto aprobar el plan nacional, cuyo objetivo es coordinar todos los sectores y determinar quién debe decidir si algo falla. El periodo crítico incluye tres fases: de preparación, que comenzará a las ocho de la mañana del 31 de diciembre y acabará poco antes de las doce de la noche; la operativa, que se alargará hasta las doce de la noche del 2 enero, y la de vigilancia, que se mantendrá hasta el 7 de enero.

Para cumplir con este plan, cada sector se ha visto obligado a reforzar las dotaciones de personal. El Insalud prevé reforzar las guardias en sus 82 hospitales; Gas Natural ha anunciado que 300 operarios velarán por el buen funcionamiento del servicio, y Renfe triplicará su personal. El Banco de España contará con el triple de reservas de dinero en efectivo de lo habitual en esas fechas por si acaso se da una situación de pánico.