Desciende en casi un centenar el número de novilladas en 1999
"No hay novilladas rentables". Así de tajante se expresa Nicolás Varón, secretario de Escuela de Tauromaquia de Madrid desde hace 10 años y vinculado al mundo del toro "desde siempre". Con esta frase, Varón intenta ofrecer un primer balance de unos datos igual de contundentes. En 1998 se celebraron en España y Francia 802 novilladas. Esta temporada, los futuros matadores han disfrutado de 96 oportunidades menos: 706. Los datos los facilita Rafael Sotomayor, presidente de la Asociación Taurina Internacional de Documentalistas y Estadistas (ATIDE) y colaborador del Ministerio del Interior.Sin embargo, y para éste estudioso de las cifras, de lo más grave apenas dan cuenta estos números. "Lo más preocupante se desprende de un análisis del escalafón. Éste está compuesto por 302 novilleros. Un total de 207 de ellos no ha llegado a torear en más de cinco ocasiones y 103 de estos últimos sólo lo ha hecho en una ocasión. Es decir, uno de cada tres novilleros se ha limitado a estrenar un traje de luces".
Desde la Nueva Agrupación de Matadores y Rejoneadores (que, pese al nombre, también incluye a novilleros) lo peor del asunto no reside en el descenso de festejos. "Si se tiene en cuenta el número de 1990 [587 novilladas], habría que ser optimista y relativizar el hecho de que en un año haya bajado. El problema reside en las condiciones en que se están celebrando. Dadas las condiciones de adjudicación de las plazas, una novillada, con todos los gastos que acarrea, nunca puede ser rentable. La conclusión es que la única manera de torear es poniendo dinero. Un empresario siempre empieza calculando los beneficios. El último eslabón de la cadena es siempre el torero", dice Íñigo Fraile.
A ilustrar lo apenas dicho acude Varón desde su experiencia en la Escuela: "Una novillada sin caballos acarrea un desembolso mínimo de tres millones de pesetas. En el mejor de los casos, la taquilla puede hacer un millón y medio. La consecuencia es clara. Una de dos: o los empresarios no quieren o si quieren es con los gastos a cuenta del espada ¿Dónde está el futuro?".
Babelia
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