El petróleo y el béisbol, los dos retos de Chávez en La Habana

El presidente venezolano, Hugo Chávez, y los reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, fueron los invitados más apetecidos por el Gobierno cubano durante la IX Cumbre Iberoamericana, que concluyó ayer. Chávez, comandante como su anfitrión Castro y con grandes afininades en otros aspectos de personalidad e ideario, recibió probablemente la bienvenida oficial más cálida en el aeropuerto José Martí. Además, Chávez fue distinguido por Castro con varias reuniones privadas que anticipan unas estrechas relaciones bilaterales, lejos de la frialdad y distancia que hubo durante el Gobierno del democristiano Rafael Caldera (1994-99)."O nos unimos o nos hundimos", declaró Chávez al defender en la Habana la integración latinoamericana. En un descanso del pleno de presidentes, el jefe de Estado venezolano informó a la prensa: los debates "han sido bastante densos y profundos tanto en economía, sociedad, política y democracia. Ha habido intervenciones extraordinarias", dijo sin señalar a ninguna de ellas.

Chávez se reunió al menos en tres ocasiones con el presidente colombiano, Andrés Pastrana, a quien calificó de "amigo excelente". Colombia y Venezuela -vecinos geográficos- vivieron este año un choque diplomático de cierta envergadura después de que el revolucionario gobernante de Caracas, en una iniciativa que disgustó mucho a Bogotá, se declarase dispuesto a entrevistarse con los jefes de la guerrilla que desde hace cuatro decenios lucha contra el Estado colombiano. Chávez se precipitó, dejando en mal lugar a Pastrana. Pero las cosas vuelven a su cauce. "Hay problemas que estamos manejando", dijo Chávez en La Habana.

Derrotar a Castro

Hugo Chávez resumió de esta manera su viaje a La Habana: "Vengo a la cumbre a jugar a béisbol y a hacer negocios". En su primer día de visita, Chávez se entrenó con los suyos en el Estadio Latinoamericana, con capacidad para 50.000 espectadores. El objetivo es derrotar a una selección cubana encabezada por Fidel Castro.Uno de los negocios en preparación es fundamental. A Venezuela le sobra petróleo y Cuba necesita combustible. "Esta relación va a ser mirada con lupa por Estados Unidos, que teme que Chávez le regale petróleo a Castro", comentó un observador.

La revolución cubana evalúa una asociación con el monopolio venezolano Petróleos de Venezuela (PDVSA), cuyo presidente se encuentra en La Habana, para operar la refinería en Cienfuegos. Marta Loma, ministra de Inversión Exterior de Cuba, admitió los planes. "Pienso que puede ser una posibilidad real de trabajo entre los venezolanos y cubanos. Pudiera ser una empresa mixta [con PDVSA]".