Un trabajo de muchos
Los artículos de Nature en los que se resumen los mapas de los genes de histocompatibilidad (o de trasplante o HLA) humanos y del pollo son el fruto del trabajo de los autores y de toda la comunidad científica de histocompatólogos. Muchos de los resultados presentados se han descubierto o confirmado en los estudios poblacionales colaborativos a escala mundial que los histocompatólogos e inmunólogos realizan cada cuatro años desde hace unos 35.Esta síntesis de toda la investigación genética HLA realizada tendrá repercusiones importantes en el trasplante de órganos y en el diagnóstico y posible tratamiento de las enfermedades que se heredan junto con los genes HLA. Además, la respuesta inmune depende radicalmente de las proteínas de histocompatibilidad descritas y quizá de otras aún sin determinar, que son modificadas por genes vecinos. Tanto los linfocitos T como las células natural killer (asesinas naturales) son activadas o inhibidas por moléculas HLA en el ser humano para luchar contra los microbios. Sin embargo, queda aún mucho trabajo por hacer; existen genes muy cercanos a los de trasplante de los que se no se conoce la función y pueden ser también determinantes tanto en la respuesta inmune contra microbios como en la viabilidad de los injertos y en el diagnóstico de enfermedades, como las reumáticas y la diabetes. Asimismo, el genoma del pollo, denominado complejo de histocompatibilidad "mínimo", no es representativo del de otras aves, como nuestro grupo ha comprobado en las especies de canarios y de jilgueros, que tienen unos intrones parecidos más a los de los mamíferos que a los del pollo. Quizá la explicación de esta diferencia sea que se ha escogido un modelo aviario muy artificial debido a los miles de años transcurridos desde que el pollo fue sustraido de la naturaleza de los bosques del sureste asiático y sometido a una intensa consanguinidad para consumo doméstico.
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