La cuarta generación

La historia de Bodegas Gandía Plá se remonta a finales del siglo pasado. Vicente Gandía Plá salió de su Agullent natal en busca de oportunidades de negocio y se instaló en el Grao de Valencia. Aprovechando el trasiego portuario -salida natural del vino producido en Valencia- optó por crear su propia bodega en 1885. Desde ese momento hasta hoy, distan cuatro generaciones. El actual consejero delegado de la firma, José María Gandía Perales -que heredó el negocio de su padre, José María Gandía Ferri- ya tiene a sus dos hijos, José María y Javier, y a su hija, Silvia, involucrados en un negocio familiar del que se sienten todos orgullosos. José María y Javier Gandía Cecilio explican que el componente familiar de la bodega es fundamental: "Nos permite un arraigo a la tierra que no tienen las multinacionales".Desde el modesto almacén de Vicente Gandía en el puerto de Valencia hasta las actuales instalaciones, han pasado muchas cosas en la historia de esta bodega. El inicio del negocio se centraba en la exportación de vino a granel. Fue en los años 70, a iniciativa de el actual responsable de la firma, cuando empezaron a embotellar el vino que hasta ese momento vendían a granel. En la actualidad no venden vino al por mayor.

Hace unos seis años compraron 200 hectáreas de viñedo en la zona de Utiel-Requena -en concreto en la zona conocida como Hoya de Cadenas, que da nombre a uno de los vinos- y tienen su centro neurálgico en Chiva, donde embotellan el vino que se distribuye por todo el mundo. La uva que producen en sus propios viñedos no es suficiente para poder atender la demanda que supone producir 50.000 botellas diarias, con lo que el trato con cooperativas y productores de la zona es constante. "Nuestra uva" -explican- "la dedicamos fundamentalmente a los vinos de gama alta".